sábado, 27 de agosto de 2016

Nunca sobrarán las palabras en el cooperativismo


      Cuando se utiliza el lenguaje como herramienta para escribir sobre el cooperativismo nunca están de más las palabras para explicitarlo dejando bien claro los conceptos que lo definen, esto a sido así durante la historia presionada desde siempre por el individualismo cavernícola exacerbado por el yo absoluto en total desprecio del nosotros colectivo como sociedad negando a veces hasta la familia.
En lo anteriormente escrito muchas veces  nombramos la palabra historia para usarla como antecedentes ilustrados que de pié a hechos fundacionales en procesos populares, que se mantienen vivos y presentes pero no analizamos  que a pasado luego por el paso de los años, equivocándonos en  el antes pero si por el después, por eso la historia tiene vericuetos que dejan de ser historia en los hechos, porque el tiempo siempre es y será fiel testigo que  acompañe la memoria colectiva de la humanidad.
Esa memoria nos dice que esos  ciudadanos que entronizaron  a los Pioneros de Rochdale para la defensa de los que menos tienen felizmente aún existe, por que si bien no los pudo devorar la globalidad  siguen siendo  actores de solo una parte en este mundo de hoy; pero ese cooperativismo que soñaron ellos acuño muchas vertientes incorporando otras  ideas, otros mensajeros y para colmo de males piensan distinto, porque advirtieron que el esfuerzo solidario y la ayuda mutua se puede usar también para desarrollar la riqueza y el poder, convirtiendo esa cooperación de la solidaridad y la ayuda mutua en una corporación para beneficio de aquellos  que más tienen en la sociedad, por eso hacen falta muchas palabras para explicarlo dado  todo lo que se piensa del cooperativismo, si hacemos un paneo global sobre el tema podemos encontrarnos con  muchas sorpresas que habrá que explicarlas para saber como son las cosas.
Si bien el mundo cooperativo esta respaldado en la Alianza Cooperativa internacional, no es todo oro lo que reluce en sus arcas, porque allí hay cooperativismo verdadero pero también seudo cooperativismo que solo se asienta en el emblema de los dos pinos; porque la ACI también tiene su historia de cuando en determinado momento casi vende su alma al diablo.
El congreso de la ACI de 1992, que se realizó en Japón discutió sobre la necesidad de incorporar además del capital social de la membresía, capital rentado ajeno para facilitar su operatoria, felizmente eso no cuajo porque  la mayoría de asistentes, incluso el Vice  Presidente de la Alianza que representaba a la Unión Soviética en el mismo  congreso dijeron que no .
Como verán  no se pudo lograr eso en un congreso, pero muchas de las grandes cooperativas afiliadas buscaron la salida por la tangente de la aventura financiera, en vez del servicio ahora están indirectamente  vinculados en  alguna “asociación” o relación  indirecta con el capital privado y  la ACI las acepta y hace mutis por el foro para no saberlo.
Los responsables de esa “magna” institución también cuecen habas.
Por eso decimos que si no hay una revisión seria en el desarrollo de la figura cooperativa que contemple con más claridad y porque no seriedad, esos conceptos altruistas de la solidaridad jamás podrá circunscribirse con la esencia pura  de esa palabra que tanto bien hizo dentro de la sociedad en tantos años: Cooperación.
Segundo Camuratti

lunes, 15 de agosto de 2016

Fieles a la incoherencia


Casi no cabe ninguna duda que la historia se repite nuevamente, si bien no en la línea de la tragedia como decía alguien, pero si como consonante de la copia burlesca cuando el envase se torna como ejemplo sin tener en cuenta el contenido, instalando metodologías extrañas dentro de la pureza ejercitada por la ayuda mutua en teorías sociales.
La división del movimiento cooperativo argentino da a entender que es preferible profesar el yo individualista  pero nunca utilizando el nosotros colectivo en tanto la ayuda mutua cabalga sobre el ego del yo lo vi primero.
La base sustantiva de la cooperación se nutre  de las vertientes de una sociedad que pretende  divorciarse del adjetivo de ser el furgón de cola del  imaginario colectivo para constituirse en el verdadero tren portador de los propios dueños  de su historia.
De seguir así la incoherencia de los dirigentes cooperativistas argentinos deberían releer la historia de los Pioneros de Rochdale para nutrirse  de  lo que querían hacer en esa instancia de la vida hace casi dos siglos.
Pero hete aquí que el mundo y las políticas actuales se están conjugando equivocadamente haciendo mezclas de ideas que se contradicen entre si y son incompatibles por acción  u  omisión, pretendiendo gobernar con economías de mercado lucrativas  las entidades cooperativas de servicio, tratando de lograr resultados altamente rentables desvirtuando la ecuación de la ayuda mutua del servicio intrínseco para hacer  la actividad comercial más rentable.
Todo lo que esta sucediendo ahora no son casualidades, después de la tormenta o vendaval soportado la tierra cambia su geografía y ahora se deberán asumir  los daños causados por la tempestad, casi se podría decir de tierra arrasada por la milenarias langostas en las cosechas de antaño, copadas luego por un enjambre de dirigentes con un INAES que utilizó la herramienta  del subsidio para entronizar el voto cautivo de muchas federaciones que siempre denunciamos.
Por eso revertir la decadencia de una parte importante de  muchas cooperativas nacidas al calor del dinero fácil generado por la ayuda política del sistema que creó la famosa década ganada no va a ser fácil, costará mucho tiempo y educación solidaria colocarla en la siembra para que germine la semilla del concepto cooperación.
Mientras tanto la membresía dirigencial hace mutis por el foro esperando algo divino que la aggiorne, incapaces de romper el cascaron del huevo ajeno, en tanto duerme placidamente el sueño solidario de una pesadilla de estomago lleno
La cooperación no nació para ser eterna como figura;  eternos seran  solo el acto solidario y la  ayuda mutua, no lo instrumental para llevarlo a cabo en la búsqueda de una riqueza más equitativa.
Para aquellos que los años les dieron mucha historia solían decir que los pueblos debían caminar con sus dirigentes a la cabeza sino el pueblo caminaría por la cabeza de los dirigentes.
Segundo Camuratti                   




jueves, 11 de agosto de 2016

Hablar de cooperativismo hoy es necesario


Tal vez pretender introducir la discusión sobre el movimiento cooperativo argTal vez pretender introducir la discusión sobre el movimiento cooperativo argentino cuando aún no se sabe el país que deberíamos tener, para encarar la encrucijada encarada por el nuevo gobierno que mostró en su entrada un juego fundado en la antinomia de  la simulación de planes que no aparecen, con avances y retrocesos inspirados en la metodología abstracta de prueba y error andando con la incertidumbre del ciego, sin escuchar  siquiera por una sola vez la palabra equidad como utopía en el resultado a devengar para el ser humano común.
Llama mucho  la atención que los dirigentes del movimiento cooperativo argentino, unidos o separados, no aparezcan opinando que esperan en la hora de las decisiones necesarias que siempre fueron expuestas para un desarrollo concreto del movimiento, en el reparto de oportunidades que puedan darse cuando cambian los modelos económicos y sociales que pueden intervenir para bien o para mal del movimiento.
Es preocupante además la caída observada en los acontecimientos de las fechas que ilustran la vidriera  del acontecer cooperativo, cuando los dirigentes comienzan a ignorar solapadamente los días celebratorios del homenaje anual que la membresía le dedica al cooperativismo, pareciera un hecho de poca monta pero el dicho popular es claro, con algo se comienza, y después que?
No es fácil  comprender la incidencia de estos hechos que deterioran el entendimiento común y la importancia de la ayuda mutua, cuando se dejan pasar desapercibidos los acontecimientos sin pena ni gloria, dejando de lado la esencia de lo que significa la sociedad unida detrás  del quehacer solidario.
Es en esta etapa de la vida que comienza a entenderse el vacío que genera en la  caso de la educación primaria la falta del factor solidario, que enhebre las cuentas del sentido unitario para  que sea promovida en el individuo, culturalmente, para que el crecimiento de esa persona humana se desarrolle desde chico  inmerso en el valor de lo que significa el modo de vivir solidario.
El espacio político instalado en el poder el 10 de diciembre del pasado 2015 por voluntad popular, no siendo siquiera un partido político ni algo que se le parezca a adquirido las virtudes de la ruleta rusa en su accionar con su famoso slogan “cambiemos”  aun no se conoce en que doctorado estrá inscripto ni que rumbo o planes esgrime  y solo sirve para hace la apología de una vieja canción que nos registra la mente; “ total para que te vas a preocupar, las cosas como vienen se tienen que tomar” digno del encuadre grotesco de Ripley en sus deciros.
Medio año transcurrido memorando el estado calamitosito de un país y seria necia la persona que niega el tiempo, porque esa medida desde el día que se invento el reloj la cumplieron ellos, mal que le pese a muchos que perdieron el tren y ahora caminan a pié con la cara larga.
Por aquello que   las necesidades vitales de la sociedad no pueden avanzar antes  que las otras necesidades  es un craso error de criterio en todos los niveles,  porque la pobreza nunca puede ni debe contabilizarse como un mal bíblico del que habló un ex presidente aún vivo, sino como una carencia de proyectos para eliminarla o desinterés manifiesto por ella y todos los caminos debe ser válidos para eliminarla   más antes que después;  la cooperación es uno de los mas importantes para ello, pero de eso no se habla dejando de lado la equidad que es el signo esencial de toda la distribución de la riqueza que genera un país.
Desgraciadamente aquello que dice que el dinero nunca se pierde es cierto, pero tiene la habilidad prodigiosa de cambiar velozmente de mano; cuando no lo tiene la mano de uno lo tiene el otro y por eso no se pierde y el tiempo es el fiel testigo de ese teorema que administra la riqueza.
Segundo Camuratti 





domingo, 7 de agosto de 2016

Para que no haya malos entendidos


Cuando se ha transitado cerca de medio siglo dentro de un movimiento cooperativo inspirado en claros principios institucionales, se han visto y escuchado tantas cosas, que memoria de por medio, nos habilita para elaborar opiniones sobre temas que el imaginario colectivo honesto y sincero del integrante común del movimiento cooperativo, debe discernir donde empieza y termina el acto solidario de la cooperación.
Jamás en su larga trayectoria de casi dos siglos el cooperativismo  admitió  las medias tintas, por eso estableció sus códigos funcionales a través de la elaboración de sus principios, que con ajustes en el tiempo para mejorarlos aun siguen vigentes.
Sabedores por experiencia que nada es eterno, que el mundo en su avance cambia modelos de vivencia y convivencias, posiblemente en alguna instancia precisa tendrá que modificar o cambiar  cosas para ajustar su funcionamiento a las necesidades humanas de ese nuevo mundo, pero nunca dejará de establecer principios claros sobre su visión y misión que no serán otras que mejorar la situación de vida de quienes se cobijen en el.
Pero lo que se vive actualmente es la realidad existente de un movimiento que aglomera en argentina más de 10 millones de adeptos y eso es bueno; debemos tenerlo en cuenta porque resulta un buen botín para piratas sociales que quieran apropiarse de el con fines no  confesos.
Cuando en los países florecen las dificultades, por mala praxis de los gobiernos o por los desastres de la naturaleza, algunos conductores solo pretenden salvar lo que se pueda, sin equidad ni ejercicio social; cualquier medida que permita soportar el temporal es buena, así se tergiverse lo construido.
Lo dijimos desde antaño, la cooperación no es caridad y para que esta sirva para la sociedad debe mantenerse dentro de la estructura principista que la contiene, con actitudes genuinas y colectivas, entendiendo que la principal virtud es su funcionamiento y administración  gestionada por los propios asociados, inmersos en el acto solidario de dar para recibir.
Por lo tanto no puede ni debe exigir subsidios para funcionar;  necesita leyes adecuadas para poder funcionar dentro de un determinado esquema social que respete su esencia y si llegase a necesitar apoyo del estado, estos deben ser desarrollados de acuerdo a su carácter intrínseco colectivo como pueden ser  los créditos especiales y/o promociónales al igual que cualquier emprendimiento social y deben ser devueltos al estado  o a quien  los aporta.
Pero los países tienen además otras necesidades y una mirada propia sobre como resolver las situaciones generales que lo afecten en determinados momentos de la historia; especialmente la exclusión social, la indigencia, la pobreza, etc. y en su afán de resolver los problemas correspondientes al estado mezclan los tantos; en vez de incorporar nuevas ideas  copia mal las que ya tiene en esos casos   optando livianamente por aquello de “para que inventar  lo que se tiene a mano” desvirtuando la escena al cambiar la cooperación por asistencialismo muchas veces sin equidad ni miramientos y sin saber para que interés se lo hace.
Segundo Camuratti



Mensaje sobre el acto solidario


Entendemos que ha llegado el momento para deducir que significa cuando ponemos bajo el rotulo de sentido solidario lo que estamos escribiendo en estos mensajes, haciendo conocer opiniones personales con planteos que pueden ser discutibles en toda instancia y dimensión, sin perder de vista el análisis del elemento subjetivo.
Hoy más que nunca se hace necesario debatir y trabajar en la difusión de las ideas, para lograr que estas se constituyan en el baluarte y el aporte del pensamiento del imaginario colectivo en el esclarecimiento sobre que modelo debe incorporar la sociedad para establecer el equilibrio social.
Debemos instalar en la conciencia el sentido de que los sectores populares sean quienes lideren los movimientos sociales –siempre los más que menos tienen- con instrumentos de transformación, es decir las ideas, reivindicando el hecho de asumir la modificación del actual sistema injusto y carente de equidad en la distribución de la riqueza, por otro más solidario.
Para disimular su condición, la intolerancia de los que niegan la transformación, fabrica argumentos cuando no los tiene para sostener al modelo, pero la historia enseña que se podrá atrasar el reloj pero no se puede impedir que el tiempo avance.
Los cooperadores no podemos de ninguna manera, aceptar esta realidad con resignación, como una fatalidad de la naturaleza o la antinomia del destino.
Se debe tener en claro algo que es inherente a la persona humana y que ni la revolución tecnológica ni el adelanto de la ciencia podrá reemplazar, a menos que este avance logre sustituir en todos los órdenes al individuo transformándolo en un robot; la solidaridad.
Damos por descontado que el sujeto solidario al cual nos referimos trasciende el acto cooperativo – ya de por si incluido- ingresando dentro del quehacer de los individuos en su comportamiento de la sociedad donde habita.
Para hacerlo más sencillo de comprender diríamos que debemos tener en cuenta que la solidaridad no es caridad, porque es muy frecuente comprobar que se confunden estas cualidades como sinónimos.
La solidaridad se encuadra en una acción recíproca, es dar para recibir, como un hecho propio del sentimiento humano tanto en lo material como en lo social. De la misma manera deducimos también que el trabajo, -elemento esencial en la producción de riqueza- es producto social. Por lo tanto desde distintas esferas y en múltiples actividades diferentes, todos trabajamos para el producto social.
Este producto social después va teniendo propietarios que se quedan con él y otros que se quedan sin nada, estos últimos son quienes luego de toda una vida de trabajo están en un alto porcentaje con su jubilación por debajo de la línea de pobreza junto a los restantes convertidos en indigentes o marginales, siendo éste el fenómeno más saliente de nuestra época.
Siempre a sido así en la vigencia del capitalismo, pero ahora el drama es más conmovedor que nunca, siguen faltando políticas que lleven a la reinserción social de los excluidos aunque se diga que no, porque el patrón distributivo de la riqueza instalado actualmente esta divorciado de la equidad.
Para que esto se de así solo hay un responsable, el estado, porque no interviene como debe en la economía a través de leyes y mecanismos regulatorios,  que  sean equitativos, para que permitan constituirse en el eje principal de la producción y la distribución de la riqueza.
La equidad en todos los órdenes de la vida de un país es el único argumento que nos puede llevar a incorporar la solidaridad dentro de la sociedad para lograr salidas concretas y verdaderas en la actual situación, por eso decimos; “Sin solidaridad nunca abra futuro para todos y todas”.
        Segundo Camuratti