Siempre
antes de saludar el nuevo año es un deber inolvidable analizar el año que
termina haciendo consideraciones concretas de los acontecimientos que
acompañaron el tránsito del mismo, sobre todo en cantidad porque el factor
calidad lo deben hacer los lectores que nos acompañaron desde nuestro inicio a
mediados del año 2009, con el afán de aportar improntas de discusión sobre los
temas importantes del quehacer
imaginario colectivo de la cooperación que le dan vida.
Podrá
ser mejor o peor la tarea desarrollada,
pero lo importante es cumplir la misión de acompañar y estar en consonancia,
con lo temas que incumben para analizarlos con equidad meridiana pero nunca en
calidad de neutral, porque la neutralidad siempre juega a favor de algo o de alguien
interesado que no asume el compromiso del cooperador.
El
sentido anunciado en el blog desde su salida, dedicado a una actividad
vinculada al aspecto social y económico como es la cooperación en sus distintas
corrientes, lo utilizamos como un medio de comunicación con opinión, sin
claudicaciones respecto de lo esencial que representan los principios cooperativos
que no pueden, bajo ningún punto de vista ser ignorados o tergiversados con
versiones ambivalentes antojadizas que distorsionan la realidad.
Los
principios cooperativos son conceptos
desarrollados por el imaginario colectivo
del movimiento cooperativo, y tienen la validez igual de lo que tiene el país
para la constitución nacional, por eso bregamos para sostenerlos con claridad y
con convicción pero nunca por dependencia u obsecuencia.
Como
militantes de muchos años de actuar dentro del movimiento asumimos con todo
derecho a manifestar opiniones, sobre los temas que conciernen a la
funcionalidad del sistema y además sobre la alternancia del espectro legal que
lo controla con sus propios condicionamientos vigentes.
Pero
eso no significa ser un iceberg arrastrado por el empuje de la corriente del deshielo,
sino que tiene presencia propia acopiada por historia y transcendencia humana y
guiada por la esencia social de la solidaridad, muchas veces no tenida en
cuenta por advenedizas políticas neoliberales de gobiernos mal llamados
progresistas.
Nuestro
saludo de un nuevo año es el compromiso fiel de seguir en la meta con ánimo y
paciencia, bregando por un país mejor, con el deseo consecuente de participar y
llevar adelante el apoyo que contribuya a incorporar en el escenario de la
sociedad política una más equitativa
distribución de la riqueza.
Feliz año 2015 en paz y concordia
para todos los argentinos.
Segundo
Camuratti