En el transcurso del tiempo el
movimiento cooperativo, otrora único referente de ser el gestor principal del adverbio diversidad, ha
ido comprendiendo que la utopía se distancia pero va manteniendo su imagen e
influencia dentro de la sociedad contemporánea, porque lejos esta de
desaparecer cuando las relaciones de la humanidad no satisfacen al no resolver
las necesidades mínimas de franjas importantes del aglomerado humano.
La imagen del horizonte que nunca se alcanza pero permite avanzar en su
búsqueda, es el dedo índice de la mano señalando un porvenir mejor para la vida
humana persiguiendo su liberación.
Lo que no se tiene se debe buscar con convencimiento para alcanzarlo;
como, donde y cuando es la utopía que se fija al ser humano en su afán de
construir otra manera de pensar y vivir ese
porvenir, no vestido con uniforme ni clonado como robot sino como un ser libre pero
a la vez solidario.
Mientras la utopia conserve el valor subjetivo en sus propuestas tiene
su futuro asegurado porque cada día que pasa
hace más necesaria la salida del individuo de la violencia de un mundo
globalizado que plantea su salida sin pagar derechos de piso.
Pareciera que la globalización y sus amanuenses que escriben su propia
historia pretenden manejar el mundo a su antojo para saciar sus intereses y su
sed de riqueza en la individualidad para convertir al hombre en el lobo del
hombre; pero no tienen en cuenta que otros sectores que integran el universo
humano pretenden otras cosas que difieren totalmente de esta concepción.
Otra concepción que plantea la diversidad como eje del humanismo que
lleve a una sociedad nueva donde todos hagan su aporte para construirla con
unidad en el proyecto, pero sin la uniformidad de la fotocopia que resalte valores de unos sobre los otros.
El cooperativismo, en sus principios y por sus principios debe ser coherente con estos conceptos, ateniéndose a
la figura colectiva de su manera de pensar un mundo nuevo, donde el hombre no
sea el lobo del hombre o sobreviva como
esclavo de los sistemas imperantes como opción: la única alternativa deberá ser
la unidad colectiva y conceptual de la cooperación que respeta las diversidades sociales para construir el
conglomerado humano como elemento
esencial de la utopía.
Segundo
Camuratti