miércoles, 28 de diciembre de 2011

Fin de año

Estamos llegando a fin de año y se hace indispensable saludar a nuestros seguidores y a todos aquellos que, posiblemente desde el anonimato de la lectura nos acompañan, y de vez en cuando, nos comentan sobre lo que estamos escribiendo todos los meses tratando de encausar lo que pensamos y entendemos sobre lo que debería ser el cooperativismo en Argentina.

Siempre hicimos gala del contexto que actúa como soporte institucional de la cooperativa: La unidad en la diversidad, ejemplo claro del factor colectivo que debe asumir la figura de la cooperativa.

Creemos haber respondido a ese pensamiento con lealtad tratando de enhebrar con la sencillez del lenguaje cotidiano las agujas que tejen las simples cosas que hacen a la esencia de algo tan importante como la cooperación.

En el nuevo año que se avecina , 2012, seguiremos con la predica constante de la gota de agua que orada la piedra, tratando de que “El año Internacional de las cooperativas” promulgado por la Alianza Cooperativa Internacional para el año 2012, sirva como colofón para un movimiento en desarrollo permanente al servicio del país y de la gente.

Para nuestros consecuentes seguidores y a todos aquellos que nos acompañan les decimos levantando la copa del brindis:

“FELIZ AÑO NUEVO”

Segundo Camuratti

domingo, 4 de diciembre de 2011

Tiempo de balances

Aquello de año nuevo vida nueva va apareciendo como el mismo cuento con los mismos referentes en el sector cooperativo de esta Argentina que sigue postergando las cosas importantes sin que se sepa porque en el movimiento cooperativo.

Al programado Congreso Argentino de las Cooperativas a mediados del 2011 le van a restar solo seis mes del año nuevo para trabajar previo al Día Internacional de la Cooperación donde debía hacer conocer su veredicto sobre la situación del cooperativismo; el año político le arruinó la tarea porque pareciera que a los cooperadores les interesa mas la política que el propio movimiento, sin tener en cuenta que se pueden hacer dos cosas a la vez aquello que les interesa.

Esta dicho que el tiempo perdido no se recupera porque el trabajo previo de reuniones para poner en tiempo todo lo que significa un congreso en una geografía dilatada como Argentina, ya no se volverá a hacer; la participación indispensable para reunir el pensamiento de millones de cooperadores que militan convencidos de lo que representa la cooperación tal vez se cubrirá con la expresión de dirigentes que opinarán por si.

No se hace con esto un favor al movimiento cooperativo sino que se lo perjudica grandemente en un mundo y un país que cambia velozmente, el movimiento cooperativo no puede permanecer estático a la espera de que los ajustes sociales y económicos, en la sincronización de un sistema dinámico en el verdadero sentido de la palabra, termina en una expresión de deseos de que todo marche bien enrolándose en el estatus quo en que duermen.

Si se deja de conocer a las bases del movimiento, en tiempos atravesados por la política puede terminarse en versiones que nada tendrán que ver con las necesidades de un movimiento que aun sigue tratando de formular su propio desarrollo para mejorar el funcionamiento de las cooperativas; verbigracia: con el eje sobre el que deben girar los principios y valores que sostienen su estructura, la educación cooperativa, está como siempre trabado por la esencia política que trata de coparlo para convertirlo en un obediente ejecutor de consignas y políticas que nada tienen que ver con la solidaridad y la ayuda mutua.

Deberán darse cuenta algún día los dirigentes que a ellos también les transcurre el tiempo y que los cooperadores pueden cansarse de esperar cosas de quienes solo los representan para la figuración, o en el mejor de los casos para incidir en otros intereses que no son los cooperativos.

Segundo Camuratti