jueves, 7 de agosto de 2014

Mantener viva la memoria


Con motivo de cumplirse el día 17 de agosto un nuevo aniversario de la muerte del Gral. Don José de San Martín, nos adelantamos a evocarlo porque la importancia del tema lo amerita, sumándonos por este medio al homenaje que el país le tributa permanentemente, haciendo conocer algunos aspectos de su personalidad – dignos de tener en cuenta - encarnados en su gestión libertadora.
El procerato del Gral. San Martín en la historia argentina consagra una vocación puesta en el fundamental propósito de conquistar una patria libre e independiente para su pueblo.
Ese objetivo imperecedero de los argentinos de todos los tiempos –cualesquiera fuesen las circunstancias – se condice con el ideario expresado desde siempre por el movimiento cooperativo.
Guardián de las fronteras de la joven República, fiel custodio de la soberanía nacional y paladín de la libre determinación, la ejemplar trayectoria del Libertador de América constituye una prenda de invalorable vigencia que en un nuevo aniversario de su muerte, queremos poner en consideración desde el cooperativismo a la sociedad argentina a través de la opinión pública en general.
En la coyuntura nacional e internacional harto difícil en que le toca estructurarse, el ejército sanmartiniano puso sus miras en el desarrollo de la riqueza vernácula, y en procurar su constitución y posterior mantenimiento mediante aportes equitativos de acuerdo a la condición social de cada uno de los contribuyentes.
Ese pensamiento de honda raigambre solidaria le confieren el mérito de adalid de “la idea intuitiva de la cooperación” en la configuración de sus planes, según lo sostiene en su biografía el General Bartolomé Mitre.
Su aporte sustantivo a la Declaración de la Independencia, constituye otro inalienable galardón al que debe sumarse el perfil consecuentemente democrático de su pensamiento y de su acción, expuesto en la proclama de Agosto de 1822 al pueblo de Chile, hace precisamente 192 años cuando manifiesta, “que mis promesas para los pueblos que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos”.
Las inquietudes de este singular arquetipo apuntan a la unidad de acción a través de la integración de todos los sectores, ratificando otro de los principios fundamentales del movimiento cooperativo.
Es propicia la oportunidad para hacer la consideración de sus meritos diciendo que el mandato y el ejemplo concretos de San Martín son invulnerables y estarán siempre vigentes. Solo el esfuerzo y el trabajo común y cotidiano – en este caso el de las organizaciones cooperativas – con la razón y el sentimiento puestos en una Argentina de ascendente proyección futura podremos ofrecer a nuestro país, a la América y al mundo, el autentico ideal sanmartiniano de una nación en paz, unida y prospera”.
Demás esta decir a pesar del tiempo transcurrido que estos conceptos sostenidos por los valores y principios de la cooperación, siempre deberán tener plena vigencia dentro del movimiento cooperativo argentino.
Segundo Camuratti

 

sábado, 2 de agosto de 2014

Mas sobre cooperativismo


El mundo cambia y el movimiento cooperativo debe hacer todos los esfuerzos por crecer, madurar, incorporar los mejores avances de la ciencia, la tecnología, y el pensamiento social. Pero lo que no puede cambiar en el cooperativismo es esa razón de ser de su existencia que es el asociado, la gente, el pueblo, mientras estos estamentos sociales no mejoren como sociedad, tampoco podrá avanzar la cooperación.
Pero el marco territorial donde actúa el movimiento cooperativo, especialmente en nuestro país muy a pesar de que pasen los años, sigue siendo una foto de la realidad del país vigente, tanto en lo económico como en lo social.
Por lo tanto podemos decir que el movimiento cooperativo de nuestros días sigue viviendo una circunstancia implícita, crucial y decisiva de su historia: como nunca, en mas de un siglo y medio de existencia, las entidades de la economía solidaria confrontan su ideario y su gestión cotidiana con fuerzas globalizadas y avasalladoras que persiguen obsesivamente la acumulación de riqueza, el privilegio y el poder absoluto.
Sabemos desde siempre que debemos concientizar a los asociados de  las cooperativas en el sentido de que estas,  deben ser instrumentos de transformación social llevando su accionar junto con otros movimientos,  que también reivindican la necesidad de modificar el injusto sistema actual individualista por otro más solidario y colectivo a través de leyes especificas y adecuadas a su sistema.
Menuda tarea podrá decirse en función de ello si el encuadre de su funcionamiento no varía: mal se pueden pedir cambios cuando las condiciones siguen siendo las mismas, porque el sector no adquiere la dimensión necesaria para influir en la promoción de esos cambios.
DESDE EL ESTADO, (sí el estado con mayúsculas), si no se ponen  en marcha los mecanismos ya legislados, especialmente aquellos que determinan la enseñanza del cooperativismo en las escuelas con la intensidad  curricular necesaria que pueda inducir a inculcar el factor solidario en el imaginario colectivo, será difícil revertir la situación.
Pareciera irreal que los encargados de utilizar las leyes para el progreso social, puedan hacer caso omiso de ellas sin importarle que la demora en ponerlas en práctica contribuyen a agravar las consecuencias de lo que hacen.
No se tiene presente  la importancia de lo que significa la educación cooperativa; no lo estamos diciendo como beneficio inherente al  sector cooperativo; si esto no se tiene en claro desde los factores de gobierno, estos para que están.
La enseñanza del cooperativismo en las escuelas no fue creada exclusivamente para las cooperativas; fue creada para modificar la conducta de la sociedad para torcerle el brazo al individualismo exacerbado, implantado en la historia de los pueblos por las ideologías que hicieron del desunir su trabajo esencial y predilecto, para poder reinar a espaldas de los intereses y los conceptos básicos de la convivencia social.
Esperamos que en el 2015 el acto electoral sea la bisagra que influencie a quienes estén en función de gobierno para que  tengan en cuenta que no hay peor gestión que la que no se hace.
Segundo Camuratti