Estarán
soplando vientos en la nueva etapa de
la vida del país acordes a las necesidades del movimiento cooperativo que como los Eliseo soplen siempre para el mismo
lado?.
De una vez y
definitivamente debe haber llegado la hora sin cortapisas de tomar el toro por
las astas y legislar la educación cooperativa, como herramienta para el
desarrollo del verbo solidario en el encarne propio de la escuela publica si se
quiere diseñar un país distinto al de la década anterior no haciendo juicio de valor del relato
ideológico sostenido.
Este
movimiento cooperativo argentino también fue sacudido en sus raíces por lo
vaivenes políticos del país en su historia, por lo tanto fue afectado de la
misma manera por la grieta que hoy nos atraviesa cívicamente; un viejo refrán
dice que la gente es como es, no como uno quisiera que fuese, por eso todo
modelo de vida tiene copia de uno u otro ejemplo de lo que se vive, según el
sentir de esa individualidad que también tiene
pertenencia de que es la esencia virtual de la democracia, pero la
democracia no puede tener caminos paralelos para resolver las necesidades del
bien común, es decir de todos los habitantes del país.
Se dice que
la oportunidad acude a uno solo una vez y el movimiento cooperativo tiene que
ser el ariete que impulse la educación cooperativa en las escuelas publicas
desde la infancia, para que el acto solidario se incorpore en la sociedad desde
que el niño se hace cargo de la razón en el entendimiento de lo que ello
significa.
Solo así se podrá cerrar la
puerta a la grieta introduciendo el acto solidario en la vida de un país que
está en el inicio del camino para reverdecer la historia de los tirios y
troyanos de antaño.
Estamos transitando una etapa de transición de una
década que nació bien pero termino
atravesada por la soberbia, la corrupción, la pobreza y el desmanejo del signo monetario y que esta en ascuas para ver
como se resuelve el entuerto; por eso decimos que las armas están para ganar la
batalla si el cooperativismo se agrupa con sentido común para si y para
bien del país en su conjunto, dejando
de lados las rispidez que pueda existir
entre dirigentes si están imbuidos de la doctrina social del movimiento, que
siempre busco el acto solidario como salida esencial de las situaciones
económicas y sociales, que luego fueron volcadas a las sociedades en su
conjunto, pero más ahora que es el país que lo
necesita.
Siempre para cosechar hay que sembrar y la tierra de
Argentina es fértil porque tiene semillas de dos siglos que aún tienen
germinación abundante para dar los frutos que el país necesita, en las manos
del cooperativismo esta la fuerza si falla la tecnología de las maquinas porque ellos desde antaño lo hacían al voleo.