lunes, 1 de febrero de 2016

Los vientos Eliseo del movimiento cooperativo


Estarán soplando  vientos en la nueva etapa de la vida del país acordes a las necesidades del movimiento cooperativo que  como los Eliseo soplen siempre para el mismo lado?.
De una vez y definitivamente debe haber llegado la hora sin cortapisas de tomar el toro por las astas y legislar la educación cooperativa, como herramienta para el desarrollo del verbo solidario en el encarne propio de la escuela publica si se quiere diseñar un país distinto al de la década anterior no  haciendo juicio de valor del relato ideológico sostenido.
Este movimiento cooperativo argentino también fue sacudido en sus raíces por lo vaivenes políticos del país en su historia, por lo tanto fue afectado de la misma manera por la grieta que hoy nos atraviesa cívicamente; un viejo refrán dice que la gente es como es, no como uno quisiera que fuese, por eso todo modelo de vida tiene copia de uno u otro ejemplo de lo que se vive, según el sentir de esa individualidad que también tiene  pertenencia de que es la esencia virtual de la democracia, pero la democracia no puede tener caminos paralelos para resolver las necesidades del bien común, es decir de todos los habitantes del país.
Se dice que la oportunidad acude a uno solo una vez y el movimiento cooperativo tiene que ser el ariete que impulse la educación cooperativa en las escuelas publicas desde la infancia, para que el acto solidario se incorpore en la sociedad desde que el niño se hace cargo de la razón en el entendimiento de lo que ello significa.
Solo así se podrá cerrar la puerta a la grieta introduciendo el acto solidario en la vida de un país que está en el inicio del camino para reverdecer la historia de los tirios y troyanos de antaño.
Estamos transitando una etapa de transición de una década que nació bien pero  termino atravesada por la soberbia, la corrupción, la pobreza  y el desmanejo del signo monetario y que esta en ascuas para ver como se resuelve el entuerto; por eso decimos que las armas están para ganar la batalla si el cooperativismo se agrupa con sentido común para si y para bien  del país en su conjunto, dejando de lados las rispidez  que pueda existir entre dirigentes si están imbuidos de la doctrina social del movimiento, que siempre busco el acto solidario como salida esencial de las situaciones económicas y sociales, que luego fueron volcadas a las sociedades en su conjunto, pero más ahora que es el país que lo  necesita.
Siempre para cosechar hay que sembrar y la tierra de Argentina es fértil porque tiene semillas de dos siglos que aún tienen germinación abundante para dar los frutos que el país necesita, en las manos del cooperativismo esta la fuerza si falla la tecnología de las maquinas porque  ellos desde antaño lo hacían al voleo.

Segundo Camuratti