viernes, 31 de diciembre de 2010

Mensaje para el año nuevo

Los dirigentes cooperativos tienen que ser como la levadura para el pan

Para que sirve la levadura, para levantar la masa

Ahora los dirigentes deben ser la levadura

Son ellos los que tienen que levantar la masa

Feliz año nuevo para todos y todas

Muchas gracias a los seguidores que nos han acompañado en el año que se va.

domingo, 26 de diciembre de 2010

EDITORIAL Diciembre 2010


A transcurrido un largo año y siempre que esto sucede es conveniente recapacitar sobre lo que ha transcurrido como referente a tener en cuenta.

Creo que ya lo dijimos pero es bueno recordarlo: para el movimiento cooperativo argentino, aunque muchos lo nieguen con algunas espectaculares paradas, a sido un año insulso, falto de color.

Algunos excelentes periodistas que por sus antecedentes personales hacen excelentes notas, mezclando pasado y presente para mostrar los éxitos idos, (especialmente aquellos que ya no están para darle matiz al espectáculo), con los que todavía no terminaron de nacer, dando por sobreentendido que todo lo que se dice es verdad con elementos que pueden llevar al engaño, porque todo es relativo.

Es bueno nutrirse de datos sobre el cooperativismo, pero no tanto, cuanto estos llevan como fin desvirtuar la realidad de lo que acontece.

El país tiene entidades de tercer y segundo grado, que si mostrasen interés en conocer la salud del sector cooperativo estarían en condiciones de elaborar un mapa concreto y preciso sobre el estado de las cooperativas, contabilizando la verdadera situación sin el atravesamiento del factor político que le da una grandilocuencia que no tiene.

Es cierto que el movimiento cooperativo tiene excelencia en muchos niveles, pero siempre cosechados tal cual lo dice la cooperación con el esfuerzo propio y la ayuda mutua, si neteamos todo aquello de que hacen gala ciertos organismos oficiales buscando agua para su molino la realidad es otra; no es todo oro lo que reluce.

El cooperativismo argentino tiene las mismas dificultades que un sector importante del pueblo argentino.

No existe otra colaboración estatal que la subsidiaria que distorsiona el acto cooperativo genuino, y vale como ejemplo mostrar los números y los hechos de la tarea legislativa del año que termina, que salvo los auspicios que validan el cartel publicitario de algunos actos ante el mundo, en todo un año no ha avanzado sobre leyes necesarias que lleven a mejorar el funcionamiento de algunas ramas del mismo.

La integración entre las distintas vertientes del cooperativismo argentino prácticamente no existe, lo único que esta en pie cuando de unidad se habla es la figura excluyente y dominante que está encarnada por el verbo diversidad.

De otro Congreso Argentino de la Cooperación, mas urgente hoy que nunca, nadie habla con ciencia cierta, es un tema tabú, porque a los organismos de control oficiales el cooperativismo autogestionado no les interesa, mientras puedan avanzar con el cooperativismo prebendarlo del subsidio que genere sufragios en víspera de las próximas elecciones; en tanto las entidades de clase superior del movimiento sonríen disfrutando los halagos de las crónicas bien escritas.

¿Hasta cuando avanzará esto sin llegar a la hipocresía?

Segundo Camuratti

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Análisis de la cooperación

Terminando el año nos parece interesante volver sobre temas que fueron tratados, tal vez en otra dimensión, pero tratados al fin, sobre la economía social devenida en las entidades sin fines de lucro que representan las cooperativas.

Es por eso que decimos que corresponde interpretar que a la cooperación la examinamos siempre desde su presencia y su esencia subjetiva y por eso al hacerlo, no ignoramos sus orígenes y la raíz de su nacimiento en una etapa de la historia previa a la aparición del capitalismo.

Preguntarnos si esa raíz tenía injertos del socialismo utópico es lo menos que nos puede asombrar, hay muchos antecedentes sobre el tema que así lo atestiguan valiendo la pena mencionar a algunos de ellos; tales como su participación en el movimiento rochdaleano en 1844.

En una economía predominante por el avance incipiente del capitalismo, (el cooperativismo aparece precisamente como una respuesta a la Revolución Industrial que pretendía llevarse por delante a todo lo que se opusiese a ella), para mejorar la vida de los asalariados en un sistema que comenzaba a mostrar que tendría vocación excluyente, al dar por sobre entendido que no todos los actores podían habitar el escenario económico planteado.

Al exponer de manera explícita la exclusión dejaba en claro que el luchar contra ella debía ser una de las tareas primarias que debía afrontar la cooperación, y con el correr del tiempo fue afirmando la idea que las cooperativas podían ser el brazo mas fuerte en lo económico y el antídoto para combatir a la concentración y la exclusión inaugurando la etapa de ser las únicas entidades que incluían en lugar de excluir.

En la medida que se fue instalando el proceso capitalista en el mundo las cooperativas demostraron su eficacia para ir resolviendo las situaciones generadas por el nuevo sistema llenando los puestos de trabajo dejados vacíos por el vendaval implícito de su influencia.

Por si esto fuera poco, como efecto deseado del mecanismo infernal desatado por ese proceso se instalaron políticas aleatorias que nacieron a su amparo, tales como el liberalismo en primera instancia y recalando mas adelante en su hijo prodigo que antepuso al nombre la palabra neo.

Todo lo demás es historia reciente y las consecuencias también, porque el nuevo sistema, a través de las privatizaciones y la concentración de empresas cerró el círculo vicioso de la desocupación y por lógica consecuencia aparecieron los excluidos.

La cooperación en esa instancia demostró ser un brazo fuerte en lo económico y el antídoto para combatir a la concentración y la exclusión, al ser las únicas entidades que incluían en lugar de excluir, siendo la respuesta adecuada para enfrentar la globalización y el neoliberalismo., definido por muchos como el matrimonio degenerado de los últimos tiempos.

Las cooperativas pasaron de ser un mecanismo necesario para resolver los problemas de la sociedad como organizaciones sociales de contenido solidario, a constituirse en entidades que por ser una mezcla de mitad pragmatismo y mitad sueño contribuyen en mucho a sostener la valoración del acto cooperativo y de la actividad de servicio que este tiene como actividad principal, siendo además una vía adecuada para asegurar la paz y garantizar la democracia.

Mucho más podría decirse sobre la cooperación pero es digno de señalar sin embargo que la propuesta de la entidad cooperativa demuestra, que si bien todos los bienes son intangibles ésta propone algo superior como la propiedad común, eje central de su filosofía humanista.

Segundo Camuratti

sábado, 11 de diciembre de 2010

Volver a los Principios

No siempre el agua derramada tiene que estar sucia, depende de cómo y donde cae, porque lleva implícita la intención y el color del cristal con que se mira.

Esto surge en todos los órdenes de la vida pero prima demasiado cuando se analiza el quehacer cooperativo.

Los exegetas del purismo dialéctico confunden en la mayoría de los casos la verdadera esencia del actuar cooperativo y sus principios rectores, partiendo de la base de ignorar el verbo colectivo y el contenido que lleva la calidad intrínseca del conjunto del movimiento dinámico que lo integra; verbigracia, nunca el individualismo en la acción y la dirección puede ser llamado cooperativo.

Esto hace que al no tenerlo en cuenta desvirtúan la naturaleza del conglomerado social al reemplazar el interés común por la voluntad sustantiva del individuo.

Estas deformaciones llevan en la práctica a la anulación del órgano principal de gobierno de las entidades que hacen de la integración el eje conductor de su vigencia trastocando el medio por el fin, casi siempre justificándolo en la falta de participación del colectivo en lugar de alentarla.

De allí deviene la perdida principal del sentido de pertenencia de los adherentes al sistema terminando en la anulación práctica del nosotros general por el yo del propio criterio.

Sucede a veces que el giro urgente de los acontecimientos lleva a abandonar la impronta de cambiar lo importante por lo perentorio haciéndole mucho mal a las entidades, por lo tanto se hace indispensable respetar los estatutos y el respectivo orden de responsabilidades que le competen a aquellos que asumen el deber de velar por los intereses asociativos.

La importancia y el respeto de la educación cooperativa debe ser la base de sustento del modelo cooperativo en todas sus instancias, so pena de que se lleve por mal camino a las cooperativas, provocando el desprestigio de entidades que deben ser rectoras por su conducta dentro de la sociedad como ejemplo de lo que significa el trabajo sin fines de lucro.


Segundo Camuratti

martes, 30 de noviembre de 2010

EDITORIAL noviembre 2010


Tal como lo decidimos en su momento corresponde evaluar mensualmente aquellos acontecimientos importantes referidos a temas cooperativos y de la economía social que venimos reflejando en nuestro espacio comunicativo.

Si bien es cierto que el cooperativismo en nuestro país peca por su humildad al no dar a conocer con la frecuencia que debiera sus realizaciones, (valor fundamental a ser tenido en cuenta porque la labor cooperativa es muy difícil que aparezca en los medios de comunicaciones que no pertenecen al movimiento por que no son actividades lucrativas): estas construcciones existen y son muchas e importantes.

En el nivel continental se ha producido un acontecimiento importante a tener en cuenta llevado a cabo en nuestro país entre los días 22 y 26 del presente mes.

En esos días mencionados se realizó en la ciudad de Buenos Aires la XVII Conferencia Regional de la Alianza Cooperativa Internacional de las Americas, “Compromiso cooperativo para la preservación del Planeta”.

Temas como este señalan la visión estratégica del cooperativismo en el orden internacional que atraviesa la necesidad de los países para que se apliquen políticas activas sobre cuestiones cruciales que debe enfrentar la humanidad en defensa del ecosistema donde habita.

Esta preocupación no es casual: de muchos años a esta parte, cada vez más, la cooperación además de atender al desarrollo de las entidades cooperativas como entes de servicio para resolver los problemas colectivos de la sociedad en determinados aspectos, pretende avanzar en el supuesto de que ella no puede constituirse solo como un fin en si mismo, porque el eje central del acto solidario que la enmarca es lograr el bien común para mejorar la calidad de vida de la membresía que la compone.

Es cierto que avanzar sobre estos temas puede llevar a los países muchos años para su concreción y por eso la cooperación lo toma como estratégico; lo que se quiere mostrar es que no se puede gobernar sobre las coyunturas, sino que se deben elaborar proyectos de largo plazo que deben cumplirse.


Segundo Camuratti

viernes, 19 de noviembre de 2010

Cooperativismo, en que andás?


Estamos llegando a fin de año y se hace necesario hacer una evaluación, dentro de lo posible, de los avances, y porque no en algunos casos retrocesos, que se pueden dar dentro del movimiento cooperativo argentino referidos especialmente a la identidad de las instituciones.

Si tomamos en cuenta que el estancamiento en niveles relativos de un movimiento es un retroceso, debemos preocuparnos y analizar que es lo que está pasando.

Vivimos momentos trascendentes en la vida del país y cada día que transcurre notamos que el avance de la politización influye en la actitud de las entidades cooperativas, que están siendo cooptadas por mecanismos que no solo arrastran ideológicamente a los dirigentes, sino también a las entidades embanderándolas en procesos que desvirtúan la esencia de la diversidad conceptual, que debe asumir la membresía de la cooperativa encasillando lo colectivo con partidismos selectos.

Incide en todo esto la penetración, que puede ser legítima si no estuviese condicionada, por los subsidios que se dan conllevando la carga subjetiva intencionada del apoyo político, direccionando una deformación del sistema.

En diversos sitios cooperativos podemos encontrar referencias sobre el movimiento que llegan hasta la crítica, de cooperadores dando cuenta de las necesidades no cumplidas por los organismos rectores, tanto del estado como de las entidades de grado superior, por la inacción respecto de lo que pasa con la educación cooperativa, prácticamente ausente de la escuela pública en muchas provincias del país.

Cuando hacemos centro en la educación del individuo, esta no puede pasar solo por el clásico programa de los ministerios respectivos, sino que falta el acompañamiento en la página curricular de la escuela pública la materia sobre el cooperativismo; ¿o es acaso que no interesa educar personas con sentido solidario para modificar la cultura individualista formada durante tantos años?

¿Formaremos educadores que conociendo los temas sobre las bondades del cooperativismo sean capaces de trasladarlo a los educandos?

El país que crece solo en los índices económicos olvidando la necesidad del cambio cultural modificatorio de la conducta de sus habitantes, se miente a si mismo: junto a la economía debe crecer el individuo como sujeto central del progreso social.

Además, para completar el cuadro sinóptico que cierre la ecuación sobre las necesidades del movimiento cooperativo nos preguntamos; ¿no habrá llegado la hora, después de tanto tiempo y en la etapa que transitamos, (que puede ser de transición para otro modelo de país), que los dirigentes cooperativos llamen a un nuevo Congreso Argentino de la Cooperación para debatir sobre el modelo que anhela el cooperativismo, un país mas equitativo y solidario?

A no ser que se sientan satisfechos de lo actuado hasta el presente y bajen las persianas, convencidos que ellos más no pueden ni saben hacer, si eso es así deberían decirlo.

Segundo Camuratti

martes, 2 de noviembre de 2010

EDITORIAL Octubre 2010


El editorial del mes de octubre adquiere en estas circunstancias un matiz muy especial porque fue atravesado por acontecimientos inesperados no tenidos en cuenta por el imaginario colectivo marcado por la impronta del fallecimiento del ex Presidente de la Nación Dr. Néstor Kirchner, hecho que trasciendió en lejos cualquier noticia producida durante el mes.

Como toda actividad de un hombre político relevante se hace muy difícil elaborar juicio de valor sobre su persona en cuanto la exposición pública de su alto cargo esta referida a su actuación, al haber sido designado en determinado momento de la historia del país como Presidente de los argentinos, luego Diputado Nacional y mas tarde Secretario del Organismo Unasur en Latinoamérica.

Es por eso que nos hemos tomado algunos días, tratando de estabilizar el acontecimiento, librándolo de los motivos emocionales que en muchos casos pueden desestabilizar las opiniones.

No podemos hacernos cargo de las infinitas voces que circularon en los días que duró el duelo, a favor y en contra, porque siempre hemos tomado en cuenta, cuando de hombres públicos se habla, no en lo que se dice sino en lo que hicieron en determinados momentos de su actuación o gestión, como quiera llamársele, entendiendo que solo la posteridad será la encargada de juzgar y pronunciar su veredicto.

No cabe ninguna duda el dramatismo que provocó su inesperado fallecimiento, no esperado por nadie teniendo en cuenta su edad; pero son circunstancias que en la mayoría de los casos la señal es marcada por el destino de cada uno.

La lectura de los hechos debe hacerse sin subjetividad, porque la muerte no la tiene y no es abstracta porque tiene realidad propia, por lo tanto puede entenderse pero no lamentarse.

El gobierno actual tiene identidad autentica y orgánica y en consecuencia es dueño de las medidas que pueda tomar dentro de las leyes que lo faculta la constitución nacional para cumplir con los objetivos que se proponga.

Solo nos cabe enviar nuestras sentidas condolencias a la Señora Presidenta y a sus familiares.


Segundo Camuratti

miércoles, 27 de octubre de 2010

La función del cooperativismo

De tanto en tanto es bueno volver sobre los temas teniendo presente que el racconto puede, mas que nada, evocar algunas cosas que deben ser vistas como una fotografía indeleble de la realidad para sostenerlas en el tiempo.

El cooperativismo se merece esto y mucho más; ha transitado una larga etapa de realizaciones institucionalizadas durante casi dos siglos de vida afrontando en su trayectoria, (que no fue un lecho de rosas), sorteando todos los escollos que se fueron presentando sin perder su esencia cualitativa llena de humanismo.

En este camino debemos avanzar con ideas superadoras que consoliden el sistema cooperativo y avancen mejorando el sistema que lo contiene.

Ideas que deben llevar hacia un estadio superior al actual en la construcción de un nuevo organigrama en la concepción de la cooperación.

Se suele decir por muchos que se debe lograr una mejor distribución de la riqueza y una mejor calidad de vida, esto como pensamiento es abstracto, la solidaridad que pregona la cooperación debe pasar de dilucidar problemas puntuales del individuo a través de la cooperativa a un fase superior para resolver los problemas generales de ese individuo, por lo tanto la cooperación debe propender a llevar al asociado a un cambio cultural de su sistema de vida, hacia un modelo distinto de sociedad.

La cooperativa debe pensar y contribuir a resolver problemas tales como la salud, la educación, la alimentación, el esparcimiento y la garantía que asegure su libertad de pensar, por lo tanto, la orientación de su trabajo debe realizar un viraje en la metodología actual para cambiar su accionar.

Ya no podemos hablar de los dos pinos que deben crecer paralelos y simultáneos, uno empresario, y el otro institucional de manera excluyente.

Los dos pinos que son un ejemplo emblemático de la cooperación deberán mantenerse, pero en su denominación deberíamos aplicar ese viraje que mencionábamos anteriormente; uno de los pinos debe seguir representando el quehacer económico como identificación de la empresa colectiva, pero el otro tiene que trascender para pasar de ser solo la representación de lo institucional para convertirse en mensajero político en la nueva situación.

Posiblemente para algunas corrientes de opinión de la cooperación esto suene como apostata, pero no es así, lo que debemos tener en cuenta es que hoy el mundo a cambiado. A quienes piensan así podemos decirles que pueden quedarse tranquilos: No pretendemos cambiar la cualidad intrínseca de la cooperación pero sí la manera en que la cooperativa debe actuar ante la nueva realidad hoy emergente.

La unípolaridad de la globalización también funciona a través de dos caminos, lo económico y lo político, en defensa de sus intereses llevándonos a una sociedad compuesta solo por opulentos y marginados.

En lo económico en la construcción de la concentración empresaria para eliminar a los pequeños y medianos empresarios, (llámense rurales ó urbanos) no subsidiarios de ella y en lo político la exacerbación del individualismo para destruir la solidaridad en la sociedad. A este sistema que podemos definir como perverso no podemos enfrentarlo con armas desiguales.

A la concentración el movimiento cooperativo puede oponer, como lo hizo en muchas oportunidades con señalado éxito, la integración, pero a lo político no se lo puede enfrentar con ambigüedades; debemos enfrentarlo con las mismas armas y estas no pueden ser otra que la política, no debemos ruborizarnos por ello tal cual suena, política, pero bien entendida como tal.

Que políticas? las consensuadas por los cooperadores para resolver los problemas que afectan al conjunto de la sociedad, que no son otros, (como lo decíamos antes) que la salud, la educación y la alimentación; además del esparcimiento para despejar los sentidos y así con tranquilidad poder pensar colectivamente tras los objetivos que los lleven a la liberación económica y social para lograr un mejor sistema de vida.


Segundo Camuratti

martes, 5 de octubre de 2010

Homenaje a un conductor

Precisamente el día 3 de octubre, se cumplió un aniversario más, el sexto, de la desaparición de Floreal Gorini, uno de los dirigentes más importantes de la historia del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, y porque no decirlo, del movimiento cooperativo argentino, por lo tanto, es una fecha emblemática que no podemos olvidar desde el espacio participativo de Sentido Solidario.


Cabalmente en las circunstancias actuales de desconcierto que atravesamos es cuanto mas se nota la ausencia de alguien que nos dejó, por la ley de la vida, posiblemente cuando mas lo necesitábamos como conductor, para transitar etapas muy difíciles en la existencia del país.


Solo tres palabras: ética, utopía, transformación, encierran la trilogía de la enorme construcción ideológica que el llevó a cabo, en sus muchos años de fecunda labor en todos los lugares en los cuales actuó; Gremialismo, movimiento sociales, cooperativo y en la política.


Debemos reconocer que tuvo la capacidad y la constancia, de saber transmitir el legado de su pensamiento a través de sus escritos, que hoy nos sirven como manual de tareas y nos permiten continuar a muchos en esa misma línea, que no es otra que la búsqueda de las salidas necesarias para construir otro modelo de país.

La palabra escrita no miente y sirve para certificar que decía o pretendía hacer en distintas ocasiones. Allí quedaron grabados los mensajes claros y precisos de las profundas convicciones que sostenía, y que fueron expresadas a lo largo, podemos decir, de toda su actuación, cuidando siempre no desvirtuar los principios en los cuales creía.


Supo decir en sus trabajos: “Del análisis crítico del momento que vivimos, saldrá la base ética de la sociedad del futuro, que los cooperadores debemos ayudar a construir”.

“Se necesita un abnegado idealismo, una fuerte creencia en los valores éticos de la utopía para abordar la causa de una transformación social que libere a los hombres de toda atadura, de toda explotación, de toda humillación y de toda injusticia”.


Pero las expresiones mas concretas sobre lo que se vivía, y lo que el pensaba de nuestro país y del mundo las dijo en el claro discurso pronunciado el 22 de noviembre de 2002, en el acto de inauguración del Centro Cultural de la Cooperación.


“Aprovechando la caída del socialismo real, y el fuerte debilitamiento de los movimientos sociales en el mundo y el desvío ideológico de los partidos social demócratas a posiciones neoliberales, los ideólogos del sistema, pretendieron decretar el fin de las ideologías e instalar el pensamiento único para perpetuar su hegemonía; sus epígonos se ilusionaban con poder detener la historia anclándola en el falso paraíso del mercado.


Si realmente aspiramos a una transformación profunda, revolucionaria, de la sociedad argentina, debemos intensificar la lucha cultural, para impulsar el desarrollo de la subjetividad cultural.


Necesitamos gestar un pensamiento opuesto al dominante a la aceptación de la globalización como algo inevitable.

El actual orden es un hecho histórico social de época, no es eterno, supone dependencia, desigualdad, libre movimiento de los capitales pero prohibición para el traslado de las personas que necesitan trabajar.


Necesitamos contraponerle un pensamiento distinto, alternativo, capaz de generar y desarrollar una salida diferente, a favor de los pueblos y de los derechos humanos, por ello necesitamos construir un pensamiento crítico, transformador y de izquierda”.


En el diagnostico de la situación que realizaba quedaban en claro las consignas sobre las que se debía trabajar para modificar la apremiante realidad que transitaba el país en ese entonces. Podremos decir que se ha avanzado en muchos de los aspectos allí planteados, pero que aún hay un largo camino a transitar para poder decir que las cosas han sido resueltas.


Recordar a Floreal Gorini a través de sus escritos, es la mejor manera de rendirle Homenaje.


Segundo Camuratti

martes, 28 de septiembre de 2010

EDITORIAL Septiembre 2010


El editorial correspondiente al mes de septiembre analiza hechos magnificados por las circunstancias políticas que lo atraviesan, desde un absurdo que quizás nunca hubiésemos pensado ni deseado en nuestro país.


Todo camina ateniéndose a un refrán, (creemos de autor desconocido pero que viene al caso), “para que hacerlo fácil si lo podemos hacer difícil”.


Se han trastocado las cosas de tal manera que subvierten el sentido común universal de los estamentos democráticos que fija la Constitución Nacional, de modo que los dirigentes políticos han llegado a dirimir las cosas y discuten las ideas no en los lugares correspondientes al estrato gubernamental sino a través de la Red Social del Twitter, como si fuese un juego o un entretenimiento.


Ha desaparecido la sensibilidad política del gobernante haciendo el papel del que gobierna per se y no para el bien del país; la discusión razonada ya no existe, la reemplaza el epíteto agravante a la condición humana del que no piensa como él.

Los que ayer aplaudían la justicia, hoy son los primeros en denostarla porque los fallos no se ajustan, no a la ley sino a sus intereses particulares.


El respeto al individuo como persona y la preocupación por los demás, tal cual lo plantea el movimiento cooperativo, no ha servido como ejemplo en aquellos que por haber sido elegidos en actos electorales para gobernar, se creen los dueños de la verdad y por lo tanto no admiten la verdad ajena haciendo juicios de valor por la vanidad propia de su ego personal.


Mientras todo esto sucede, el hombre común soporta a ambiguos vendedores de ilusiones, que ofrecen los famosos espejitos de colores que los colonizadores de los países originarios de América entregaban a cambio de llevarse sus riquezas.


Falta aún el transcurso de un largo año para los próximos comicios, tiempo suficiente para que aquellos que pretenden acceder al gobierno del país comiencen a sembrar en terreno fértil, es decir, resolver los problemas existentes en amplios sectores de la sociedad, especialmente aquellos que menos tienen, si es que pretenden cosechar algo.


Segundo Camuratti

jueves, 23 de septiembre de 2010

Tiempos de análisis

No se trata de hacer historia pero bueno es tener en cuenta lo que decía Eduardo Galeano: cuando nos vacían de memoria, nos vacían de futuro, por lo tanto vale la pena analizar los acontecimientos trascendentes que se dieron dentro del movimiento cooperativo y en el país que nos sirvan de antecedentes para seguir construyendo en el movimiento de cara al futuro.


En las actuales circunstancias es necesario ubicar al cooperativismo en nuestro país y el marco económico y social de miras al mañana.


La ciencia y la tecnología han alcanzado niveles inimaginables, multiplicando los conocimientos acumulados en toda la historia anterior. El ojo inquieto del investigador puede llegar hasta los remotos confines del cosmos y escudriñar la intimidad de la materia.

La ingeniería genética puede crear nuevas especies y acelerar los procesos naturales para aumentar y perfeccionar los frutos de la tierra y sin embargo, hay pueblos enteros que sufren carencias de las cosas indispensables para vivir.


El dominio monopólico de los mercados se extiende a expensas de los derechos de la ciudadanía y la identidad cultural de la Nación. La esencia del problema es filosófica y principalmente política. ¿Que sociedad se quiere construir y para quién?, es la pregunta clave.


El movimiento cooperativo de nuestros días vive una circunstancia inédita, crucial y decisiva de su historia: como nunca, en mas de un siglo y medio de existencia, las entidades de la economía solidaria confrontan su ideario y su gestión cotidiana con fuerzas globalizadas y avasalladoras que persiguen obsesivamente la acumulación de riqueza, el privilegio y el poder absoluto.


Dado este esquema es imprescindible definir con claros conceptos los lineamientos ideológicos con los cuales transitan las cooperativas, teniendo en cuenta que estas son las organizaciones con más capacidad para administrar las contradicciones internas y externas por las diversidades humanas que integran.


Por lo tanto las cooperativas son las más indicadas para llevar a sus integrantes a desarrollar servicios para lograr satisfacer las necesidades básicas del individuo tales como: resolver la seguridad emocional, la seguridad económica y las necesidades sociales demostrando lo que se es capaz de hacer.

Conseguir la motivación para el trabajo entre los jóvenes y los adultos en la búsqueda de integración generacional como cosa esencial para amalgamar al sujeto de integración social de cara al porvenir, entendiendo por acción que la cooperativa no debe ser solo un tema de los mayores, sino que la cooperativa necesita un modelo de inserción activa de los jóvenes para mantener la sostenibilidad del cooperativismo.


Incitar a los jóvenes a intervenir en los deportes, el arte y la música, las actividades académicas y también las políticas aplicando la enseñanza de la cooperación desde el preescolar a través de lo lúdico hasta la misma Universidad. No divorciar nunca lo social de lo empresarial: es la cooperativa quien nos enseña a tener actitudes distintas, en primera parte como individuos y en segundo lugar como políticos.


En estas instancias la tarea principal de las cooperativas debiera ser fidelizar al asociado, es decir conseguir atraerlo a través de talleres, cursos, charlas, participación en ferias, emprendimientos cooperativos y en todos los temas comunes que instruyen al individuo para desarrollar su personalidad.


La respuesta clave y sin interrogantes es: solo la cooperación bien entendida puede contribuir a construir con equidad una sociedad distinta para todos, más justa y solidaria.

SegundoCamuratti

jueves, 16 de septiembre de 2010

Integrar la diversidad



No estamos hablando del escenario político, allí diríamos unidad en la diversidad teniendo en cuenta que ello también es necesario, sino de otro sector cuya magnitud y valor social esta llamado a ser uno de los baluartes que pueden resultar ideales para resolver muchos de los problemas apremiantes de la humanidad; estamos citando a la cooperación.

Aunque parezca fácil decir integración esta no lo es; el tema se hace difícil porque aun no están dadas las condiciones estructurales dentro del actual sistema cooperativo, por lo tanto sigue siendo una materia pendiente.

Es obviamente conocido que dentro de sus características de entidades de servicios sin fines de lucro, las cooperativas y los distintos movimientos donde pueden estar integradas, tanto sean locales, regionales, nacionales o quizás universales, no revisten cualidades uniformes en su andamiaje y por ende en su funcionamiento.

Podríamos decir para ser ecuánimes al descifrar el concepto anterior que si bien en su mayoría respetan los principios esenciales que conforman la organización de la entidad cooperativa, deben afrontar las características económicas y sociales del lugar donde están actuando y respetar, lo que no es poco, el armado legal que las rigen que además no son uniformes ni compatibles generalmente.

De allí lo único genérico que conllevan es la actividad de servicio que brindan a sus asociados para resolver las necesidades de la propuesta estatutaria que le da origen.

Por eso decíamos anteriormente que se hace difícil integrarlas dentro de la estructura general impuesta por los hechos dentro del movimiento cooperativo, especialmente del país.

El armado institucional del movimiento cooperativo argentino no incursiona utilizando todos los mecanismos que brinda la ley que las rige, porque las entidades cooperativas de grado superior, especialmente las de segundo grado, han adoptado por lo general actitudes sectoriales y verticales de acuerdo a la especificidad de la rama cooperativa que las cobija, independientemente de la ubicación geográfica que las cooperativas ostentan, buscando defender la actividad económica y social especifica del sector.

Por lo tanto se hace difícil por ejemplo, establecer cadenas integrando cooperativas de trabajo o productivas de distintas ramas con aquellas cooperativas que utilizan esos mismos insumos para industrializarlos o venderlos en locales cooperativos; lo mismo pasa con las cooperativas de servicio.

No podemos hablar de integración si la ley que las rige desde el 02/05/1973, es decir 37 años, todavía aún no a elaborado la reglamentación de la norma que rija a las cooperativas de trabajo. ¿Qué a hecho el movimiento cooperativo en su conjunto para insistir, si insistir, a las autoridades para que esto se cumpla?

La organización vertical solo trasciende a su especificidad para beneficiar a sus asociadas, (cosa que no está mal) no entendiendo que el movimiento cooperativo va a existir solamente si tiene la amplitud de establecer una comunidad que no haga distingo de sectores, en vez de que cada cual cultive su quinta propia, y trabaje para una salida de conjunto del movimiento cooperativo.

Por si fuera poco la globalización de la economía por propia gravitación ha instalado un nuevo escenario dentro del contexto de la economía social, con metodologías de mercado que en muchos casos distorsionan la función de las cooperativas, haciendo que esa integración vertical ya no alcance a resolver la ecuación para lo cual se constituyó.

Mientras la integración vertical del movimiento se de únicamente sobre la especificidad de rama será difícil integrar el movimiento cooperativo en su conjunto, a menos que se produzca un aggiornamento de sus dirigentes que les permita entender que se hace necesaria una apertura horizontal que trascienda la verticalidad existente.

Una integración horizontal que no puede ni debe inquietar de ninguna manera la función de las entidades de segundo grado, sino que tiende a ampliar el espectro de complementación cooperativa que habrá de reforzar la presencia del acto solidario en los distintos ámbitos en que actúe.

Puede que estas consideraciones necesiten la apertura de un debate amplio para que puedan ser comprendidas, pero es bueno tener en cuenta que el desafío que debe enfrentar el movimiento cooperativo en esta etapa de cambios, especialmente la integración, merece el aporte de innovaciones que lo adecuen a la hora actual sin perder su esencia solidaria y su capacidad de servicio dentro del sector de la economía social.

¿No será acaso que se ha equivocado el camino pretendiendo integrar desde arriba cuando hay que empezar a hacerlo desde abajo?.

Segundo Camuratti

lunes, 30 de agosto de 2010

EDITORIAL Agosto 2010

No es fácil cuando llegamos a los días finales de cada mes elegir aquella noticia o tema importante que permita establecer un análisis y posiblemente desarrollar comentarios con opinión, cuando las circunstancias vividas en el transcurso de 30 días privilegien ser expuestas.

Metidos a esto, notamos que los variados acontecimientos que se producen de manera constantes e importantes a la vez, consiguen aportar abundantes noticias que nos darían pié para desarrollar largos escritos y cumplir con el cometido con efectos no buscados hasta el presente; esos hechos demostrativos nos podrían obligar a llevar de ahora en adelante, a emitir otras editoriales durante el transcurso del mes, cosa que analizaremos.

El perfil a tener en cuenta para lo que nos propusimos desde esta columna exige establecer prioridades sobre temas que por su incidencia son materia permanente de examen, porque ellos hacen al sentir del aspecto solidario y al efecto que estos mismos producen dentro de la sociedad.

El asunto más paradigmático viene de arrastre porque ya lo tratamos anteriormente: el 82 % móvil para el pago de las jubilaciones mínimas y ante este hecho concreto en sí tenemos que tomar partido porque no podemos ser ambivalentes al opinar.

Discerníamos en la columna del mes pasado el estado de situación de los jubilados que amerita la recomposición de los haberes para reubicarlos dentro de una digna vivencia: por eso volvemos a reafirmar que la aplicación del 82 por ciento del salario mínimo, vital y móvil es un reclamo absolutamente justo y un objetivo que es posible, si se quiere, alcanzar.

Lamentablemente el espectro político del país, especialmente aquellos en función de gobierno, se vuelven a ubicar nuevamente sobre el haber jubilatorio en la discusión antinómica del se puede o no se puede, (sin antes analizar si se debe), que se produjo en el año 2008 sobre la rentabilidad agraria; allí la disputa fue retenciones si o retenciones no, cuando la discusión correspondía hacerla sobre si el Estado debe intervenir o no en la economía para equilibrar el rédito de distintos sectores.

Allí el Estado demostró que se puede y lo hizo sobre el sector agrario con inequidad, porque lo tendría que haber hecho además con otros sectores de ingresos extraordinarios y no los utilizó para resolver la situación, cosa que pareciera no se animó a hacer porque aquí no cabe la dicotomía sino razón de equidad.

Esto demuestra que cuando se quiere se puede, esta acción por comparación, da a entender por ende que la aplicación del 82 % para el ajuste en las jubilaciones es posible, insistimos a menos que no se quiera, porque si se quisiese se encontrarían los mecanismos apropiados para llevarlo a cabo.

Existen infinidad de lugares que permiten, tomando las medidas y previsiones correspondientes haciendo prevalecer la equidad, para extraer los recursos pertinentes que no impidan cumplir con las necesidades de un sector social que integra prácticamente al 15 % de la población del país.

Pareciera que se transitará un camino difícil en el proceso de llegar a un entendimiento o salida decorosa para encausar este anhelo de los jubilados: zanjada la primera etapa por la vía de la Cámara de Diputados de la Nación, sus integrantes por mayoría aprobaron un proyecto positivo sobre la cuestión, que ahora deberá ser elevado para su tratamiento a la Cámara de Senadores de la Nación para su discusión.

Pero la preocupación latente es que si sale aprobada la ley posiblemente deba sortear escollos importantes ante la propuesta de diversos integrantes de la dirigencia del partido gobernante de que se aplique el veto Presidencial para abortar la Ley. Esperamos que en las circunstancias que se avecinan prime la sensatez y el sentido común en los actos de gobierno. Los jubilados solo pueden ser la variable de ajuste en proyectos neo liberales, nunca en esquemas populistas.

Segundo Camuratti

jueves, 19 de agosto de 2010

Construir un país con solidaridad


No es la primera vez que hablamos sobre el tema de la solidaridad en nuestro espacio, tampoco va a ser la última, porque de no hacerlo estaríamos negando principios claros que hemos sostenido durante muchas décadas.

También es lógico pensar que el supuesto que pregonamos no va ser fácil instalar en una sociedad sometida, igualmente por varias décadas, por la presión emanada por una ideología que lleva inmersa en su esencia el factor del individualismo como actor principal de su naturaleza de origen.

Pero como el ideario cooperativo se nutre de un pensamiento distinto sobre el modelo de sociedad que debe asumir la persona humana, para mantener su vigencia y la vivencia de la misma, es quien debe tratar de hacer posible lo imposible buscando todos los medios a su alcance, para encolumnar a quienes asuman la difícil tarea colectiva de avanzar para lograrlo.

Es el factor colectivo, como motor de desarrollo en distintas actividades, el que enriquece y fortalece no solo la producción de los hechos, sino que colabora en la tarea de la creación que necesita el ser humano para progresar en todos los niveles.

De la misma manera que en su momento dijimos que el cooperativista no nace, sino que el mismo se hace, hoy decimos que la solidaridad se construye paso a paso con los mismos argumentos expuestos anteriormente; si actuamos igual se puede lograr.

Por lo tanto la cooperación bien entendida debe convertirse en la verdadera antitesis del individualismo neoliberal modificando la manera de pensar de los individuos en la cruzada de solidarizar el contexto social actual para transformar la realidad.

Decimos esto porque existe una base teórico práctica en el día de hoy que solo la tienen las cooperativas como verdaderas exponentes de la unidad en la diversidad, por ser esta la única herramienta que ha logrado ser funcional y armónica al permitir convivir a los individuos en el medio multifacético del mundo actual.

Analizando la historia, en el Congreso Centenario de la Alianza Cooperativa Internacional en 1.995, se ajustan a la realidad de un mundo cambiante algunos de los Principios Cooperativos, especialmente el séptimo, e incorpora dentro de valores que le dan vida al mismo cuatro palabras que llevan a institucionalizar con fuerza de ahí en más el acto solidario; “preocupación por la comunidad”.

Si partimos de la base del séptimo principio de la cooperación que recomienda la preocupación por la comunidad dentro del quehacer cooperativo, notamos que la actividad de la cooperativa no termina resolviendo la necesidad de la membresía como un fin en si mismo, trascendiendo por reflejo sobre el bien común de la sociedad y eso no es otra cosa que impulsar en la actividad cooperativa la actitud solidaria.

Esto lleva a lograr espacios de integración en objetivos comunes compartiendo ámbitos vivenciales con métodos sociables cuyos contenidos temáticos pueden incorporar aspectos de socialización en la estrategia cooperativa.

La construcción de nuevos modelos requiere la asistencia de factores de trascendencia como una educación que haga centro y ponga énfasis en tres pilares esenciales; tales como el pensar, el sentir y el hacer.

Una educación que debe terminar con el no se puede y resuelva la controversia “adultos-juventud” e incorpore de una vez por todas a los jóvenes en la verdadera función de la cooperativa formando nuevos dirigentes para un movimiento que necesita abrir espacios ideológicos desprendidos de las pesadas mochilas que frenan su desarrollo.

Segundo Camuratti