Precisamente el día 3 de octubre, se cumplió un aniversario más, el sexto, de la desaparición de Floreal Gorini, uno de los dirigentes más importantes de la historia del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, y porque no decirlo, del movimiento cooperativo argentino, por lo tanto, es una fecha emblemática que no podemos olvidar desde el espacio participativo de Sentido Solidario.
Cabalmente en las circunstancias actuales de desconcierto que atravesamos es cuanto mas se nota la ausencia de alguien que nos dejó, por la ley de la vida, posiblemente cuando mas lo necesitábamos como conductor, para transitar etapas muy difíciles en la existencia del país.
Solo tres palabras: ética, utopía, transformación, encierran la trilogía de la enorme construcción ideológica que el llevó a cabo, en sus muchos años de fecunda labor en todos los lugares en los cuales actuó; Gremialismo, movimiento sociales, cooperativo y en la política.
Debemos reconocer que tuvo la capacidad y la constancia, de saber transmitir el legado de su pensamiento a través de sus escritos, que hoy nos sirven como manual de tareas y nos permiten continuar a muchos en esa misma línea, que no es otra que la búsqueda de las salidas necesarias para construir otro modelo de país.
La palabra escrita no miente y sirve para certificar que decía o pretendía hacer en distintas ocasiones. Allí quedaron grabados los mensajes claros y precisos de las profundas convicciones que sostenía, y que fueron expresadas a lo largo, podemos decir, de toda su actuación, cuidando siempre no desvirtuar los principios en los cuales creía.
Supo decir en sus trabajos: “Del análisis crítico del momento que vivimos, saldrá la base ética de la sociedad del futuro, que los cooperadores debemos ayudar a construir”.
“Se necesita un abnegado idealismo, una fuerte creencia en los valores éticos de la utopía para abordar la causa de una transformación social que libere a los hombres de toda atadura, de toda explotación, de toda humillación y de toda injusticia”.
Pero las expresiones mas concretas sobre lo que se vivía, y lo que el pensaba de nuestro país y del mundo las dijo en el claro discurso pronunciado el 22 de noviembre de 2002, en el acto de inauguración del Centro Cultural de la Cooperación.
“Aprovechando la caída del socialismo real, y el fuerte debilitamiento de los movimientos sociales en el mundo y el desvío ideológico de los partidos social demócratas a posiciones neoliberales, los ideólogos del sistema, pretendieron decretar el fin de las ideologías e instalar el pensamiento único para perpetuar su hegemonía; sus epígonos se ilusionaban con poder detener la historia anclándola en el falso paraíso del mercado.
Si realmente aspiramos a una transformación profunda, revolucionaria, de la sociedad argentina, debemos intensificar la lucha cultural, para impulsar el desarrollo de la subjetividad cultural.
Necesitamos gestar un pensamiento opuesto al dominante a la aceptación de la globalización como algo inevitable.
El actual orden es un hecho histórico social de época, no es eterno, supone dependencia, desigualdad, libre movimiento de los capitales pero prohibición para el traslado de las personas que necesitan trabajar.
Necesitamos contraponerle un pensamiento distinto, alternativo, capaz de generar y desarrollar una salida diferente, a favor de los pueblos y de los derechos humanos, por ello necesitamos construir un pensamiento crítico, transformador y de izquierda”.
En el diagnostico de la situación que realizaba quedaban en claro las consignas sobre las que se debía trabajar para modificar la apremiante realidad que transitaba el país en ese entonces. Podremos decir que se ha avanzado en muchos de los aspectos allí planteados, pero que aún hay un largo camino a transitar para poder decir que las cosas han sido resueltas.
Recordar a Floreal Gorini a través de sus escritos, es la mejor manera de rendirle Homenaje.
Segundo Camuratti