sábado, 21 de noviembre de 2015

Repensando el cooperativismo


Entendemos que a esta altura del año a llegado el momento de reflexionar sobre algunos temas referentes al cooperativismo argentino que asemeja estar instalado en una meseta estática que le impide avanzar como debería hacerlo todo movimiento que se precie de ser un componente innovador y necesario en la vida de todo país.
En instancias cercanas a acontecimientos importantes como son las elecciones a realizarse en el transcurso del año, sería interesante que el movimiento cooperativo hiciese conocer su punto de vista, sobre la situación actual en lo económico y social a los futuros gobernantes, desde la mirada de un sector comprometido con el país  que trabaja para mejorar el sistema de vida de  sectores importantes de la población.
Hacer del ejemplo de la construcción cooperativa una razón de ser, puede ser el incentivo más importante a exhibir por las realizaciones cooperativas, demostrativo de que la entidad nacida en la necesidad de cubrir espacios vacíos con solidaridad y ayuda mutua teniendo como base la autogestión, avanza demoliendo uno de los pilares sostenedores de la estructura del capitalismo, la intermediación parasitaria y la exclusión social
Es muy bueno tener en cuenta  aquello de que para muestra basta un botón; esta reflejado en aquellas entidades privadas caídas en la marcha de su actividad, que renacieron como el ave fénix de sus cenizas, por la gestión de sus trabajadores que se dieron a la tarea de reflotar esos emprendimientos y hoy integrados en la economía social resolvieron la inclusión y dinamizaron la economía.
Su tesón los llevó a trabajar para tratar de conseguir un encuadramiento laboral que los ponga a cubierto de la voracidad capitalista que pretende reconquistar sin costos lo que ellos destruyeron.
Nada se consigue sin esfuerzo, mas aún si ese esfuerzo es colectivo porque lleva inmerso el acto solidario de dar para recibir demostrativo de lo que se puede hacer cuando se está convencido, (sin embargo aún no se ha llegado a través de la dirigencia política), y promulgar un estadio concreto normativo que las instale definitivamente  institucionalizando a esas cooperativas legalmente, porque aún muchas andan bogando a la deriva con la soga al cuello sin una solución definitiva que las incorpore como entes legítimos y duraderos.
Lo queríamos dar como ejemplo de la vigencia de la cooperación para levantar los ánimos; la cooperación no se debe  caer nunca mientras la persona humana no se agote como un fin en si mismo abandonando el habito de pensar. 
¿Le interesa a los gobernantes alentar este tipo de soluciones?, la realidad nos esta mostrando que no, porque las deja de la mano de su propio destino.
      Segundo Camuratti


jueves, 12 de noviembre de 2015

Ahora debe ser en serio


Explayándonos con sinceridad y sin ponernos colorados por no  haber analizado previamente en profundidad que es lo que nos está pasando como individuos, debemos  reflexionar porque de muchos años a esta parte no estuvimos cumpliendo el papel que nos corresponde dentro de la sociedad cuando hablamos sobre cooperativismo.
Acometemos desde tiempos á un desanimo respecto a la  responsabilidad civil que nos compete como ciudadanos apartándonos del interés común de lo que  significa la sociedad como nudo gordiano del hábitat social.
No razonamos lo que vulgarmente decimos al expresar opiniones  para reflejar lo que sentimos, cuando decimos como excusa baladí por la situación que atravesamos muy sueltos de cuerpo: tenemos el gobierno que nos merecemos.  
Pero lo peor es que estamos convencidos de que eso es así olvidando que las leyes nos otorga derechos y de la misma manera, también nos obliga  con deberes que a veces no cumplimos  haciendo la vista gorda y así nos va.
El movimiento cooperativo se  nutre de gente que necesita  compartir  proyectos colectivos, porque solo no puede resolver sus problemas pero esa persona es como es, pero cuando se  instala allí  y a pesar de  los principios que puede llevar implícito  ese supuesto ser es el mismo, que luego en función de cooperativista  pretende actuar de manera  individual para promoverse  a ser  su propio dirigente.
Este análisis que hacemos  es válido para el movimiento cooperativo  argentino como se ve  en su andar la situación  que  vive en el ámbito de la cooperación en su estructura funcional; esto nos habilita para conocer porque por una parte existe la inserción política de la dirigencia en ella sin darse cuenta que el cooperativismo es también política pero de alto nivel en lo económico y social; pero luego en calidad de dirigente cambia los roles y   pretende introducir en la cooperativa teorías políticas partidistas para beneficio propio, desvirtúa por sus necesidades la naturaleza del conjunto colectivo  reemplazando  el interés común  por la voluntad sustantiva del individuo,  usando la cooperativa para sus propios intereses.
Esto  dicho vulgar y hábilmente en Argentina es como la verdad de la milanesa,  tirar la piedra y esconder la mano diciendo luego muy tranquilo yo no lo hice.
Pero como no nos interesa desvirtuar la política como herramienta social y económica  de la sociedad, decimos que verdaderamente el cooperativista no debería  nunca  ser apolítico porque las ideas son las que hacen progresar a la humanidad en la búsqueda de su libertad social y económica, pero además debemos ser concientes que las cooperativas no deben ser empresas sociales  vinculándolas luego para ser dependientes  a la voluntad de los partidos políticos sean cuales sean.
Tampoco queremos pecar de pesimistas haciendo comentarios alarmistas pero no podemos negar la realidad que vivimos en esta etapa de la vida del país sobre el movimiento cooperativo, que a colmado una década de parálisis e inacción que impiden el avance  de su calidad intrínseca, quizás no de la labor que desarrolla como empresa, pero si de la concepción de su esencia como núcleo humano transformador.
El movimiento cooperativo se  nutre de gente que pretende compartir un proyecto colectivo porque solo no puede resolver sus problemas y esa persona es como es; a pesar de  los principios que lleva implícito ese supuesto ser es el mismo individuo que en función de cooperativista  pero luego actúa  cuando promueve  dirigentes de su mismo palo político para hacer política partidista en la cooperativa y eso no es bueno.

Segundo Camuratti                                (continuara)

                                                          


martes, 3 de noviembre de 2015

La Bisagra


Volvemos a incursionar nuevamente sobre temas ya expuestos en otras oportunidades considerados como actividades de bien común, invitando a los cooperadores junto a la sociedad  a través de aquellos ciudadanos que, interesados a colaborar en la función de aportar con ideas y opiniones en el sentido de tornarlo como una carga pública, (el futuro del país amerita este esfuerzo), posibiliten elaborar propuestas abarcadoras para modificar la situación de múltiples necesidades  que afronta el país, ante la falta de equidad distributiva  expuesta  por el sistema hasta el presente, contribuyendo con proyectos a resolver problemas de sectores muy importantes de la población, ((los más que menos tienen),  en la búsqueda de su sistema de vida haciendo centro en el factor subjetivo que representa la figura humana.
Estamos convencidos  desde un primer momento  que esto es posible porque existen ejemplos concretos dentro de la sociedad cuando ésta se involucra, a contribuir encarando proyectos concordantes con la manera de actuar  de la cooperación, siempre dentro del punto de vista del carácter principista que ésta tiene al aplicar el acto solidario en su cometido.
Por eso comenzamos la tarea exponiendo que es una cooperativa y que significa ella ubicándola dentro del sector de las empresas de la economía social, sin pretender por eso que esto fuese la expresión exclusiva del ámbito donde debe actuar una cooperativa, dado la esencia superadores que contiene para generar bienestar, no solo dentro de la membresía que la compone, sino mostrando como reflejo hacia el exterior la imagen de lo que significa la democracia  participativa en la gestión para beneficio del país en su conjunto.
En todo este período fuimos haciendo conocer el pensamiento, (permítaseme la licencia de expresarme en plural), sobre uno de los elementos básicos que debe primar en la acción de la empresa cooperativa, y el porque su dirección debe ser ejercida por la opinión colectiva  de sus componentes, por lo tanto nadie podrá  arrogarse el derecho de adueñarse  de las decisiones que se deban aplicar para el funcionamiento  de la entidad resolviendo por si,  a espaldas del grupo colectivo de integrantes que la sociedad a consagrado para dirigirla.
Mencionar economía social no significa hablar con conceptos abstractos  como si esta fuese una entelequia, solo pretendemos poner blanco sobre negro para que se comprenda  la actividad de sectores importantes de la sociedad que contribuyen  con su esfuerzo al proceso económico definiendo un estilo sustentable que coadyuva  a resolver situaciones que la economía general no hace;  menos la empresa privada porque la actividad no es lucrativa, y tampoco el  estado porque no puede o no le interesa, por lo tanto no son tenidos en cuenta como expresión de la realidad.
Realizado el  diagnostico situacional de las etapas transcurridas en la vida del país de muchos años a esta parte, vemos dominada  la orientación de su economía y por ende la estructura social emergente de dicho proceso por criterios y preceptos  políticos  del neoliberalismo  que continúan aun  instalados;  pese a que algunos políticos con vigencia posicional pequen de inocencia y sigan insistiendo que la etapa neoliberal a sido superada, los hechos lo desmienten.
Si aun continua vigente la ley de entidades financieras de la última  dictadura militar y una parte de la reforma  de la Carta Orgánica del Banco Central de la década de los 90 es su soporte obedeciendo a la misma estructura, es muy ingenuo porque no se puede alegar bajo  ningún concepto que la etapa neoliberal a sido superada , más aun la concentración de la economía esta cada vez más vigente.
Si luego de décadas donde los gobiernos que participaron en la dirección del país no actuaron o no fueron capaces de modificar esta situación y gobernaron acotados por ese sistema podemos mencionar  el dicho popular de que “en el pecado esta la penitencia” por lo tanto si no fueron capaces de cambiar las cosas cuando estaban dadas las condiciones para lograrlo, no vale la pena y sería incompresible la queja ahora.
Es por eso que hablamos de “un largo camino a recorrer”, revertir este proceso llevará mucho tiempo y nervios calmos porque la única salida  estará dada si las condiciones  y la construcción de ese camino se realiza entre todos,  unidos y con consenso, con humildad y sin soberbia, para lograr otro modelo de país que pueda ser vivido con armonía y  para bien de todos y de todas.
La base sustentable de ese camino  no necesita el concreto del cemento ni el pedregal del afirmado; el concreto será  reemplazado por el sustento de las ideas de cambios progresistas en  la búsqueda del bien común con unidad en la diversidad, y el afirmado a través de  la sana convicción de que eso es posible; solo basta instalar leyes y reglamentaciones éticas y por consenso en función de gobierno que ejecuten  una equitativa distribución de la riqueza, donde todos participen  por igual y de acuerdo a la ubicación económica de cada uno en el deber de dar y recibir.
Por otra parte, la sociedad debe entender  y tomar conciencia de la necesidad de la intervención del estado en la economía como una gran cámara compensadora que no tiene dueño privado, porque es del pueblo y para el pueblo, y quienes la administren serán elegidos  por ese mismo pueblo, y con equilibrio equitativo hacia donde deben ser dirigidos esos recursos generados por el producto bruto interno.
La riqueza no puede ser  privilegio de algunos  en detrimento de otros, sino de todos los habitantes del país que son quienes la generan;  de los que aportan el capital y de todos aquellos que con su trabajo son los artífices que construyen la acumulación de esa riqueza, y las leyes  deberán ser quienes regulen como se distribuye equitativamente.
De más esta decir que en este 2015 las elecciones definitivas a Presidente en el balotaje del 22 de noviembre  cierra el capitulo quizás más importante del actual siglo para que el país reinicie un nuevo camino cambiando el rumbo y logre establecer una etapa de paz y acuerdos entre todos y todas.

Segundo Camuratti