Volvemos a incursionar
nuevamente sobre temas ya expuestos en otras oportunidades considerados como
actividades de bien común, invitando a los cooperadores junto a la
sociedad a través de aquellos
ciudadanos que, interesados a colaborar en la función de aportar con ideas y
opiniones en el sentido de tornarlo como una carga pública, (el futuro del país
amerita este esfuerzo), posibiliten elaborar propuestas abarcadoras para
modificar la situación de múltiples necesidades que afronta el país, ante la falta de equidad distributiva expuesta
por el sistema hasta el presente, contribuyendo con proyectos a resolver
problemas de sectores muy importantes de la población, ((los más que menos
tienen), en la búsqueda de su sistema
de vida haciendo centro en el factor subjetivo que representa la figura humana.
Estamos convencidos
desde un primer momento que esto
es posible porque existen ejemplos concretos dentro de la sociedad cuando ésta
se involucra, a contribuir encarando proyectos concordantes con la manera de
actuar de la cooperación, siempre
dentro del punto de vista del carácter principista que ésta tiene al aplicar el
acto solidario en su cometido.
Por eso comenzamos la tarea exponiendo que es una
cooperativa y que significa ella ubicándola dentro del sector de las empresas
de la economía social, sin pretender por eso que esto fuese la expresión
exclusiva del ámbito donde debe actuar una cooperativa, dado la esencia
superadores que contiene para generar bienestar, no solo dentro de la membresía
que la compone, sino mostrando como reflejo hacia el exterior la imagen de lo
que significa la democracia
participativa en la gestión para beneficio del país en su conjunto.
En todo este período fuimos haciendo conocer el
pensamiento, (permítaseme la licencia de expresarme en plural), sobre uno de
los elementos básicos que debe primar en la acción de la empresa cooperativa, y
el porque su dirección debe ser ejercida por la opinión colectiva de sus componentes, por lo tanto nadie
podrá arrogarse el derecho de
adueñarse de las decisiones que se
deban aplicar para el funcionamiento de
la entidad resolviendo por si, a
espaldas del grupo colectivo de integrantes que la sociedad a consagrado para
dirigirla.
Mencionar economía social no significa hablar con
conceptos abstractos como si esta fuese
una entelequia, solo pretendemos poner blanco sobre negro para que se
comprenda la actividad de sectores
importantes de la sociedad que contribuyen
con su esfuerzo al proceso económico definiendo un estilo sustentable
que coadyuva a resolver situaciones que
la economía general no hace; menos la
empresa privada porque la actividad no es lucrativa, y tampoco el estado porque no puede o no le interesa, por
lo tanto no son tenidos en cuenta como expresión de la realidad.
Realizado el
diagnostico situacional de las etapas transcurridas en la vida del país
de muchos años a esta parte, vemos dominada
la orientación de su economía y por ende la estructura social emergente
de dicho proceso por criterios y preceptos
políticos del
neoliberalismo que continúan aun instalados;
pese a que algunos políticos con vigencia posicional pequen de inocencia
y sigan insistiendo que la etapa neoliberal a sido superada, los hechos lo
desmienten.
Si aun continua vigente la ley de entidades
financieras de la última dictadura
militar y una parte de la reforma de la
Carta Orgánica del Banco Central de la década de los 90 es su soporte
obedeciendo a la misma estructura, es muy ingenuo porque no se puede alegar
bajo ningún concepto que la etapa
neoliberal a sido superada , más aun la concentración de la economía esta cada
vez más vigente.
Si luego de décadas donde los gobiernos que
participaron en la dirección del país no actuaron o no fueron capaces de
modificar esta situación y gobernaron acotados por ese sistema podemos
mencionar el dicho popular de que “en
el pecado esta la penitencia” por lo tanto si no fueron capaces de cambiar las
cosas cuando estaban dadas las condiciones para lograrlo, no vale la pena y
sería incompresible la queja ahora.
Es por eso que hablamos de “un largo camino a
recorrer”, revertir este proceso llevará mucho tiempo y nervios calmos porque
la única salida estará dada si las
condiciones y la construcción de ese
camino se realiza entre todos, unidos y
con consenso, con humildad y sin soberbia, para lograr otro modelo de país que
pueda ser vivido con armonía y para
bien de todos y de todas.
La base
sustentable de ese camino no necesita
el concreto del cemento ni el pedregal del afirmado; el concreto será reemplazado por el sustento de las ideas de
cambios progresistas en la búsqueda del
bien común con unidad en la diversidad, y el afirmado a través de la sana convicción de que eso es posible;
solo basta instalar leyes y reglamentaciones éticas y por consenso en función
de gobierno que ejecuten una equitativa
distribución de la riqueza, donde todos participen por igual y de acuerdo a la ubicación económica de cada uno en el
deber de dar y recibir.
Por otra parte, la sociedad debe entender y tomar conciencia de la necesidad de la
intervención del estado en la economía como una gran cámara compensadora
que no tiene dueño privado, porque es del pueblo y para el pueblo, y quienes la
administren serán elegidos por ese
mismo pueblo, y con equilibrio equitativo hacia donde deben ser dirigidos esos
recursos generados por el producto bruto interno.
La riqueza no puede
ser privilegio de algunos en detrimento de otros, sino de todos los
habitantes del país que son quienes la generan; de los que aportan el capital y de todos aquellos que con su
trabajo son los artífices que construyen la acumulación de esa riqueza, y las
leyes deberán ser quienes regulen como
se distribuye equitativamente.
De más esta decir que en este 2015 las elecciones
definitivas a Presidente en el balotaje del 22 de noviembre cierra el capitulo quizás más importante del
actual siglo para que el país reinicie un nuevo camino cambiando el rumbo y
logre establecer una etapa de paz y acuerdos entre todos y todas.
Segundo Camuratti