lunes, 28 de mayo de 2012

Desconcierto total

El titulo de la nota es el indicativo más coherente para referirnos a lo que está sucediendo dentro del movimiento cooperativo argentino, si nos atenemos a considerar lo actuado hasta el presente por las entidades de tercer grado que tomaron a su cargo llevar adelante las actividades conmemorativas del Año Internacional de las Cooperativas puesto en órbita por la Alianza Cooperativa Internacional en el mes de octubre del pasado año.
Un acontecimiento que aspira a involucrar al mundo cooperativo detrás del fortalecimiento de la esencia universal de la cooperación, detrás de sus consignas humanistas en pro de una nueva cultura económica social que aporte dividendos a la hora de mejorar la calidad de vida de los pueblos y por ende de los pobladores del planeta.
Pero hete aquí que por esas cosas de las circunstancias, vaya a saber cuales, en Argentina no hay ni se sabe nada concreto si las entidades que asumieron la responsabilidad de ejecutar algún programa particular que conlleve algún objetivo lo a puesto en marcha.
Quienes asumimos al cooperativismo como carga pública por el convencimiento de sus virtudes y principios creemos que la despreocupación sobre el tema marca  líneas exasperantes que rondan la pereza del mentís permanente de muchos años a esta parte.
Como extraña paradoja en un sector social que engendra la virtud de la tarea colectiva se hace difícil  trasladar  la función específica de programar proyectos consensuados para sostener bienes comunes; no se consigue avanzar con unidad en la diversidad para integrar entidades en donde ninguna de ellas pierde su entidad y puede hacer avanzar el proyecto de todos.
El  primer Congreso Argentino de la Cooperación realizado por Cooperar y Coninagro data de 1983, es decir 29 años, de allí en más solo se han realizado 2 congresos más: uno en 1989 y el más reciente y último ya en el nuevo siglo en 2004.
Este desorden instrumental de los congresos pareció haberse salvado en el año 2004 porque allí, en el prólogo del libro editado con las resoluciones del congreso los Presidentes de ambas entidades afirmaron fehacientemente que asumían el compromiso de bregar para que el congreso se volviera a repetir en el año 2007 y luego sucesivamente cada 4 años.
Esto suena, con buen humor a un record de Ripley, ya pasaron 8 largos años y  si bien se siguieron cambiando dirigentes en la dirección de las entidades, todo está como era entonces porque la situación sigue lo mismo; da vergüenza, en un movimiento dinámico como el cooperativismo en el transcurso de 29 años solo se realizaron tres congresos, esto no habla bien de los dirigentes cooperativistas argentinos.
En la planificación de las acciones por los trascendido a través del periodismo podemos colegir que hasta ahora solo se conoce que el Congreso Argentino de las Cooperativas, una de las actividades a realizarse, tal cual parece que se denominó en nuestro país, se habría de realizar los días 6 y 7 de septiembre de 2012 en la ciudad de Rosario sin conocerse aún en que lugar se a de realizar.
Dentro del movimiento cooperativo argentino hay razones obscuras subyacentes que nadie tiene la valentía de manifestarlas; por razones de estatus, de acción, omisión o conveniencias particulares o políticas nadie le quiere poner el cascabel al gato mientras el movimiento sigue a la deriva.
Como no tenemos compromiso con nadie porque a nadie le debemos nada y siendo producto de nuestro propio esfuerzo,  trabajamos por un mundo mejor; en el próximo BLOG daremos nuestra opinión sobre lo que esta pasando. Nuestra obligación solo esta al servicio de y para un movimiento cooperativo legítimo y gestionado, pilar de una nueva Argentina trascendente.

Segundo Camuratti

sábado, 26 de mayo de 2012

Lo que nunca debe pasar al olvido


El significado de la solidaridad.               

Hace demasiado tiempo lo dijimos pero es muy bueno volver a repetirlo porque pareciera que para los mensajes que molestan siempre hay oídos sordos,  y  la vorágine de los acontecimientos los deja de lado cuando se pretende violar el estatus quo.
Entendemos que ha llegado el momento de discutir de una vez por todas dentro del movimiento cooperativo la esencia de lo que significan estos mensajes; hacer conocer opiniones personales con planteos que pueden ser discutibles en toda instancia y dimensión, pero sin perder de vista el análisis del elemento subjetivo.
Hoy más que nunca se hace necesario debatir y trabajar en la difusión de las ideas, para lograr que estas se constituyan en el baluarte y el aporte del pensamiento  imaginario colectivo en el esclarecimiento sobre que modelo debe incorporar la sociedad para establecer el equilibrio social, es decir que modelo de composición social queremos para la humanidad.
Debemos instalar en la conciencia el sentido y la necesidad de que los sectores populares sean quienes lideren los movimientos sociales –siempre los más que menos tienen- con instrumentos de transformación, es decir las ideas, reivindicando el derecho de asumir la modificación del actual sistema injusto y carente de equidad en la distribución de la riqueza, por otro más solidario.
Para disimular su condición, la intolerancia de los que niegan la transformación, fabrica argumentos cuando no los tiene para sostener al modelo, pero la historia nos enseña que se podrá atrasar el reloj pero no se puede impedir que el tiempo avance.
Los cooperadores no podemos de ninguna manera, aceptar esta realidad con resignación, como una fatalidad de la naturaleza. Se debe tener en claro algo que es inherente a la persona humana y que ni la revolución tecnológica ni el adelanto de la ciencia podrá reemplazar, a menos que este avance logre sustituir en todos los órdenes al individuo transformándolo en un robot; el acto solidario.
Damos por descontado que el sujeto solidario al cual nos referimos trasciende el acto cooperativo – ya de por si incluido- ingresando dentro del quehacer de los individuos en su comportamiento de la sociedad donde habita.
Para hacerlo más sencillo de comprender, diríamos que debemos tener en cuenta que la solidaridad no es caridad, porque es muy frecuente comprobar que se confunden estas cualidades como sinónimos.
La solidaridad se encuadra en una acción recíproca, es dar para recibir, como un hecho propio del sentimiento humano tanto en lo material como en lo social. De la misma manera deducimos también que el trabajo, -elemento esencial en la producción de riqueza- es producto social. Por lo tanto desde distintas esferas y en múltiples actividades diferentes, todos trabajamos para el producto social.
Este producto social después va teniendo propietarios que se quedan con él todo, y por lo tanto otros  se quedan sin nada; estos últimos son quienes luego de toda una vida de trabajo están en un alto porcentaje con su jubilación por debajo de la línea de pobreza junto a los restantes convertidos en indigentes o marginales, siendo éste el fenómeno más saliente de nuestra época.
Siempre a sido así en la vigencia del capitalismo, pero ahora el drama es más conmovedor que nunca; al mal llamado progresismo, (nos preguntamos de que) le siguen faltando políticas que lleven a la reinserción social de los excluidos, porque el patrón distributivo de la riqueza instalado actualmente esta divorciado de la equidad.
Para que esto se de así solo hay un responsable, el estado incluyendo a quienes lo dirigen, que no interviene como debe en la economía a través de leyes y mecanismos de regulación equitativos, que permitan constituirse en el eje principal de la producción y la distribución con equidad de la riqueza.
La equidad en todos los órdenes de la vida de un país es el único argumento que nos puede llevar a incorporar la solidaridad dentro de la sociedad para lograr salidas concretas y verdaderas en la actual situación que a pesar de lo que digan los defensores del actual sistema que es no mala, es muy mala para amplios sectores, esos que siempre definimos como los más que menos tienen.
Para eso hay que cambiar, quiérase o no, este por otro paradigma que incorpore el acto solidario de la cooperación en la fundación de un nuevo proyecto de país.

Segundo Camuratti

lunes, 7 de mayo de 2012

Se les habrá escapado la tortuga?


Es triste cuando debemos volver sobre el pasado por motivos trascendentes que hacen sobre la vigencia y vivencias de hechos que deberían estar instalados de por siempre en el imaginario colectivo por la veracidad que demanda el movimiento cooperativo argentino para su trascendencia.
Vale más el dicho que lo hecho en sí, porque este se corresponde a la seriedad con que se deben encarar  los acontecimientos cuando estos se inscriben sobre proyectos que avanzan en  línea con la conducta de los dirigentes consecuentes con sus convicciones.
Más aun cuando estas proclamas quedan escritas como testigos fieles y por lo tanto no se pueden desmentir ni ser borradas por el olvido circunstancial, a menos que se haya perdido la memoria.
El último Congreso Argentino de la Cooperación surge de la declaración formulada por los convocantes del mismo: COOPERAR  y CONINAGRO, en la ciudad de Corrientes el día 3 de julio del año 2002 y concretado en el año 2004 y fue documentado por un libro en las postrimerías de ese mismo año con las resoluciones emanadas de dicho Congreso.
En el año 2006 aparece un nuevo libro, posiblemente corregido y aumentado con las tareas desarrolladas en los años 2003 y 2004 en la elaboración y preparación del diagnostico de situación del movimiento cooperativo argentino y los problemas que este conllevaba, como anticipo de los temas a debatirse en el congreso.
El la edición de ese último libro, prologado por los Presidentes de las dos cooperativas de 3° grado convocantes, es decir que le dieron fe a lo que en el estaba escrito, uno de ellos allí decía textualmente: “Todo lo que se ha estado debatiendo apuntó no solo a corregir los errores del pasado, sino a proyectar el futuro. Los logros obtenidos a través del Congreso 2004 son la base, el cimiento del Congreso Argentino de la Cooperación 2007. El CAC se seguirá convocando cada 4 años, de manera tal que tendrá continuidad, manteniendo viva la llama de los principios cooperativos”. (sic).
Para que se tenga en cuenta: el Congreso se programó con dos años de antelación y se trabajo con tiempo suficiente para lograr el éxito del mismo.
El 31 de octubre de 2011 la Alianza Cooperativa Internacional, a la que adhiere la mayor parte de las entidades cooperativas  argentinas federadas, proclamó el lanzamiento del año 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas; “allí se dijo que será un día especial para los cooperativistas del mundo entero. Con el lanzamiento oficial del Año Internacional de las Cooperativas; los y las cooperativistas tendremos una nueva plataforma para transmitir un mensaje  muy conciso y significativo: “las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor”.
“Tras esta instancia, una nueva audiencia podrá comenzar a comprender lo que el movimiento cooperativo sabe hace tanto tiempo; que es un instrumento que mejora la calidad de vida de las personas en los más diversos puntos del planeta”.
Desde ese día en más, 31 de octubre del 2011, estamos recibiendo publicidad desde las más diversas regiones del mundo programando actividades al respecto.
En nuestro país son contadas las actividades realizadas o por realizarse dentro del espectro orgánico del cooperativismo argentino; llámense cooperativas de primer, segundo y tercer grado.
Tal es así que el mismo Director Regional de la ACI Americas Manuel Mariño lamentaba a través de medios de comunicación argentinos el atraso en nuestro país de poner en sintonía las actividades difusoras del acontecimiento y según el; “vemos un poco de rezago en eso”, refiriéndose a la planificación de las acciones que aun no se conocen cuales son.
Esto no habla bien de los dirigentes cooperativistas argentinos; hasta ahora solo se conoce que el Congreso Argentino de las Cooperativas, una de las actividades a realizarse tal cual parece que se denomino en nuestro país, se habría de realizar los días 6 y 7 de septiembre en la ciudad de Rosario  sin conocerse aun en que lugar se realizara.
Años á se necesitaban dos años de preparación y desarrollo para llevar a cabo un Congreso Argentino de la Cooperación; actualmente se piensa poder hacerlo  convocándolo solo con pocos meses de anticipación luego de 8 largos años sin Congresos y esto nos llama la atención por dos razones: una; que la diligencia y la capacidad adquirida por la dirigencia argentina en la evaluación del contexto del  movimiento cooperativo a crecido a pasos agigantados; o la otra, que es solo una triste pregunta muy común actualmente; ¿ no se les habrá escapado la tortuga a los dirigentes? Sobre esto volveremos.



Segundo Camuratti