martes, 18 de diciembre de 2012

Saludos de fin de año


Estamos llegando a fin de año y se hace indispensable saludar a nuestros seguidores y a todos aquellos que, posiblemente desde el anonimato de la lectura nos acompañan, y que de vez en cuando nos comentan sobre lo que estuvimos escribiendo todos estos meses tratando de encausar lo que honestamente pensamos y entendemos, sobre lo que debería ser el cooperativismo en Argentina.
Siempre hicimos gala del contexto que actúa como soporte institucional de la cooperativa: El andamiaje con el cual esta se debe construir para seguir siendo fiel a los principios que le dan vida.
Creemos haber respondido a ese pensamiento con lealtad tratando de enhebrar con la sencillez de las agujas que tejen las simples cosas, y en el lenguaje cotidiano que hace a la esencia de algo tan importante como la cooperación.
En el nuevo año que se avecina, 2013, seguiremos con la predica constante de la gota de agua que orada la piedra tratando de que “El año Internacional de las Cooperativas”, promulgado por la Alianza Cooperativa Internacional para el año 2012 y ya finalizando, sirva como un avance y como colofón para la continuidad de un movimiento en desarrollo permanente al servicio del país y de la gente.
Para nuestros consecuentes seguidores y a todos aquellos que nos acompañan les decimos levantando la copa del brindis:

“FELIZ AÑO NUEVO, 2013”

Segundo Camuratti

 

sábado, 15 de diciembre de 2012

Preocupación por la educación cooperativa


Quienes asumimos difundir al cooperativismo en función de carga pública por el convencimiento de sus virtudes y principios, creemos que la despreocupación del sector sobre el tema marca  líneas exasperantes que rondan la certeza del mentís permanente de muchos años a esta parte.
No se diferencia en mucho sobre este pensamiento las resoluciones finales del  Congreso Argentino de la Cooperación celebrado en la ciudad de Rosario entre los días  6 y 7 del mes de setiembre.
Creíamos que el congreso reuniría al movimiento cooperativo argentino, nunca una parte de el arrogándose aunque sin decirlo la representación de quienes no participaron.
Cerrando ya el año, a casi un cuatrimestre del congreso, solo se tiene la declaración al final del mismo, ambigua por cierto, de las generalidades de rigor donde en ninguna parte se plantea la necesidad de la integración de las distintas federaciones que integran el movimiento cooperativo argentino, en una expresión máxima de  hegemonía de dos entidades que pretenden polarizar la orientación del movimiento.
Siempre sostuvimos y lo seguiremos haciendo, sobre la necesidad que el cooperativismo tiene de la aplicación en la escuela publica de la enseñanza del cooperativismo como materia principista en la formación del individuo, para generar los cambios culturales que se debe la sociedad para transformar la cultura y el dogmatismo de la individualidad.
No basta con dirigirse en el mensaje  a los docentes para hacer un racconto de las leyes habidas y por haber sobre la educación cooperativa aprobadas, ya sabidas hasta de memoria, pero nunca aplicadas como corresponde; ese mensaje debía haberse dirigido directamente a los responsables de la desidia en aplicar las leyes que dictan las cámaras legislativas en su función.
Como tenemos a pesar de los años memoria, recordamos la frase  que supo decir  un importante ex presidente del país   ante el tratamiento de algún tema álgido: formen una comisión si quieren que no se haga nada.
¿No pasará lo mismo con la Red Nacional de Parlamentarios Cooperativistasrecientemente constituida,  tendrán quórum cuando tengan que resolver algo importante o complicado?

Segundo Camuratti

 

sábado, 8 de diciembre de 2012

La educación cooperativa en las escuelas 2da Parte


Se confunde cuando desde el imaginario colectivo se incorpora  la visión del cooperativismo como una asociación gremial de un sector de la sociedad y lo confunde como un hecho común; sin tener presente que ello significa desviar el eje del entramado social que lo compone, porque los cooperadores van por más al anhelar construir una nueva sociedad con auténticos valores solidarios que vertebren una equitativa distribución de la riqueza, para  construir  un mundo más igualitario y fraterno.
La educación y especialmente la educación cooperativa, nutre y despierta en el ser humano valores que contribuyen en buena medida a ir formando conciencia en las personas de que el individualismo como esencia, engendra el aislamiento  conduciéndolo  por un estrecho corredor que lo lleva  a separarse  del universo en que vive.
No es pecar de soberbia el pretender esto que decimos, es solo despertar desde lo cognitivo la conciencia del sujeto, para que entienda que  la exaltación  del individuo es solo el producto de los resultados de acertar en las circunstancias que transmiten acciones que llevan a la persona humana, como factor social, a disponer de herramientas para conseguir un mejor sistema de vida.
El mundo cambia y el movimiento cooperativo debe hacer todos los esfuerzos por crecer, madurar, incorporar los mejores avances de la ciencia, la tecnología, y el pensamiento social. Pero lo que no debe cambiar en el cooperativismo es esa razón de ser de su existencia que son los servicios al asociado, la gente, y el pueblo como comunidad; mientras estos estamentos sociales no mejoren como sociedad, tampoco podrá avanzar la cooperación
Sabemos desde siempre que debemos concientizar a los asociados de  las cooperativas, en el sentido de que estas,  deben ser instrumentos de transformación social, llevando su accionar junto con otros movimientos  que también reivindican la necesidad de modificar el injusto sistema actual individualista por otro más colectivo y solidario.
Si tenemos en cuenta esto vamos a llegar a la conclusión de la imperiosa necesidad de que sin la educación cooperativa mediante, vamos a tener  solo cooperadores   estancados  por la práctica rutinaria del trabajo cotidiano  sin perspectivas de futuro.
En cambio distintos serán los cooperadores instruidos como seres  pensantes que estén consustanciados teóricamente con las pautas éticas que fijan los principios que norman a la cooperación, desarrollando  el sentir colectivo y solidario.
Por lo tanto, aquellos educadores que logren trasmitir con su tarea compenetrados en el conocimiento detallado, exacto y real de la esencia y la importancia de la cooperación para el desarrollo de la humanidad, dentro de un mundo cambiante en la búsqueda  permanente de distanciarse de la globalización amorfa que pretende clonar el universo humano, se convierten en genuinos formadores de conciencia para modelar un  nuevo sujeto solidario.

Segundo Camuratti

 

 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Legislaciones incumplidas


Acerca del Cooperativismo Escolar

La enseñanza del cooperativismo en las escuelas ha sido un anhelo histórico en nuestro país que no ha logrado todavía concretarse en su cabal pretensión, salvo casos aislados que responden a esfuerzos personales o institucionales especiales, pero no a una sistematización generalizada, eficiente y sostenida en el tiempo.
Si bien existe el consenso de la afinidad en el marco axiológico del cooperativismo y del Sistema Educativo Argentino, y se reconoce las cualidades formativas y pedagógicas de la práctica cooperativa a través del ejercicio de sus principios y su modelo de gestión democrática, no se ha logrado resolver la problemática de la formación de recursos humanos que puedan hacerse cargo de las inclusiones curriculares necesarias en todos los niveles académicos.
Ya la Ley Nacional de Educación Común N°1420 sancionada en 1884, adelantándose a su época, estableció entre las atribuciones y deberes del Consejo Nacional de Educación: Promover y auxiliar la formación de bibliotecas populares y de maestros, lo mismo que la de asociaciones y publicaciones cooperativas de la educación común (art.57.inc18). Además señaló entre las funciones de cada Consejo Escolar de distrito: promover, por los medios que crea conveniente, la fundación de sociedades cooperativas de la educación y de las bibliotecas populares del distrito (art.42 inc 4°).
Tras antecedentes legislativos provinciales (por ejemplo en la Provincia de Buenos Aires la Ley 5111 de 1946 dispone la enseñanza obligatoria de la cooperación en las escuelas oficiales o particulares, la capacitación del personal docente y la creación de cooperativas escolares) a nivel nacional se logró el 30 de octubre de 1964 la sanción de la importante Ley de Educación Cooperativa N°16.583, que declara de alto interés nacional la enseñanza de los principios del cooperativismo(art.1°). Esta Ley tuvo dos reglamentaciones, la última fue el Decreto N° 2.176 de 1986 con el que se pretendió dar impulso a una norma con más de un cuarto de siglo de sanción.
Los esfuerzos fueron arduos, y los resultados no han sido acordes a ellos. Casi 20 años después se sanciona el Decreto 1171/2003 que actualmente constituye el régimen legal que dispone el objetivo del Estado por dar cumplimiento a esta necesidad de que el cooperativismo sea un contenido teórico práctico en los planes de enseñanza.
Necesidad cuya conciencia de su existencia, como vimos es centenaria, y compartida desde las órbitas del Sistema Educativo y del Movimiento Cooperativo argentinos. Los considerandos y el articulado del Decreto 1171/2003 sintetiza lo que hemos venido exponiendo.

Muy pocas propuestas están implantadas en este momento en las escuelas del país.