martes, 30 de agosto de 2011

Transitando la víspera


A pocos días, mes y medio aproximadamente, se volverá a votar para el cambio de la presidencia del país y se nos ocurre que los cooperadores siempre tienen algo que decir, porque la cantidad de ellos que integran el conglomerado de la economía social, son tantos y representan un marco diverso de economía y sociedad en sus distintas acepciones, que son la mezcla perfecta e ideal de los distintos niveles sociales.

Por lo tanto como no expresar, intuitivamente lo que se viene predicando desde la economía social sobre los anhelos de millones de individuos que construyen desde la ayuda mutua y la solidaridad a través del trabajo, un modelo de país enmarcado en la esencia de contribuir a mejorar el sistema de vida de sus integrantes.

Colabora además a distribuir equitativamente la riqueza que el sector produce elevando a las personas en la cultura del elemento más noble que tiene el ser humano que es su trabajo.

Pero aprecia por la conformación social y cultural que integra, que en la sociedad existe mucha diversidad en cuanto a como se distribuye la riqueza que generan otras sectores, donde algunos disfrutan de mucho, otros de menos y una inmensa mayoría de casi nada.

Entiende por naturaleza que la famosa torta que genera la producción está mal repartida en un país donde sus gobernantes se jactan del crecimiento permanente de su economía que llena la copa pero que esta nunca rebasa.

Esta situación no es nueva, viene de muchos años atrás, pero actualmente se podrá decir que existen buenas intenciones y todo es cuestión de tiempo porque el daño producido anteriormente es inmenso; esto puede ser cierto, pero a pasado tanto tiempo que ya comienza a sonar mas como excusa que como explicación de los sucesos.

Todo tiene su limite pero lo que se tiene que medir bien es que no es eterno, en la vida hay muchos que van quedando en el camino y no van a alcanzar a llegar al final del mismo, eso amerita analizar que si no se procede en consecuencia a revertir el proceso generando los anticuerpos necesarios con urgencia, empezando a distribuir por abajo socialmente la riqueza se va a llegar tarde.

Nadie podrá proclamar entonces que no se pudo y se dirá con justa razón haciendo juicio de valor que no se quiso, esto es digno de tener en cuenta porque estuvo siempre alineado con la vocación expresada por los cooperadores de que otro mundo es posible; son los gobernantes quienes deben desarrollar todas las alternativas para instalar la equidad en la vida del país, para eso se los vota.


Segundo Camuratti


jueves, 18 de agosto de 2011

Editorial junio y julio

Como lo prometido es deuda venimos a pagarla despaciosamente, porque el tiempo pasa diríamos presurosamente pero el movimiento cooperativo si bien no permanece estático, no lo acompaña con la misma velocidad.

Sería interesante preguntarnos porque y analizar ese por que; será que ya esta todo dicho, que todo esta resuelto, que ya no existen problemas?

Esto sería hacer un análisis simplista de novatos que desconocen al movimiento cooperativo y la dimensión que este tiene en nuestro país y en el mundo.

Comenzando por su origen debemos decir que dentro del mundo es un movimiento nuevo y por ese motivo todavía no está establecido cuando llegará al tiempo culminante de su desarrollo, es decir al cenit de su carrera.

Por lo tanto debemos tener en cuenta que su desarrollo siempre fue llevado a cabo por seres humanos con su trabajo consecuente, en la tarea de construir un ente que vinculado a la humanidad lleve implícito en su esencia el embrión bicéfalo que engendra y conjuga el acto cooperativo con su gestión solidaria.

Pero en lo que va del presente año todo esta muy calmo, la vehemencia electoral tapa todo, ni siquiera aparecen los bomberos porque no se manifiestan los interesados; pero el fuego no está apagado, solo hibernando a la espera de los acontecimientos porque necesidades hay.

Por lo pronto el Congreso Argentino de la Cooperación a quedado en el olvido; con la propuesta de la Alianza Cooperativa Internacional designando el año 2012 como el año internacional de las cooperativas se comenta la celebración del Congreso Argentino de las Cooperativas para el mismo año; esto daría por sobre entendido que los congresos argentinos de la cooperación ya fueron.

Si así fuese no queda claro cual va a ser el papel de las cooperativas de tercer grado en las nuevas instancias que se anuncian, porque estas entidades deberían ser quienes guíen, por su representación al movimiento cooperativo argentino en su conjunto.

La Alianza Cooperativa de las Américas a hecho notar en sus declaraciones las dificultades que tiene el movimiento cooperativo para integrarse y se nos ocurre que organizar un congreso argentino de las cooperativas no ayuda a la integración, a menos que la intención sea refundar al movimiento cooperativo desde otro punto de vista ( desde las cooperativas y no desde el movimiento cooperativo, sector mucho mas amplio) dando por declarado que lo hecho hasta el presente no sirve y hay que cambiarlo.

Queremos aclarar que estas son opiniones personales, que no están alimentadas desde las entidades de tercer grado, Cooperar y Coninagro que impulsan el proyecto, porque hasta ahora la mayor parte de las cooperativas del país no está enterada de lo que pasa.

Un evento de tal magnitud todavía no esta expresado con la vehemencia requerida por un acontecimiento de tamaña envergadura, teniendo en cuenta que lo único conocido hasta el momento es la propuesta, ya desfasada en el tiempo, porque la misma dice que “El Congreso Argentino de las Cooperativas se realizará en todo el país, por un periodo de 16 meses, comenzará en el año 2011 y finalizará el primer sábado de julio de 2012”.

Por eso decimos que los números no encajan, posiblemente no se tuvo en cuenta que el 2011 era un año electoral y los dirigentes cooperativos estarían involucrados, mucho de ellos, en el quehacer político afecto a sus intereses.


Segundo Camuratti

jueves, 4 de agosto de 2011

Digno de recordar

Con motivo de cumplirse el día 17 de agosto un nuevo aniversario de la muerte del Gral. Don José de San Martín, nos adelantamos a evocarlo porque la importancia del tema lo amerita, sumándonos por este medio al homenaje que el país le tributa permanentemente, haciendo conocer algunos aspectos de su personalidad – dignos de tener en cuenta - encarnados en su gestión libertadora.

El procerato del Gral. San Martín en la historia argentina consagra una vocación puesta en el fundamental propósito de conquistar una patria libre e independiente para su pueblo.

Ese objetivo imperecedero de los argentinos de todos los tiempos –cualesquiera fuesen las circunstancias – se condice con el ideario expresado desde siempre por el movimiento cooperativo.

Guardián de las fronteras de la joven República, fiel custodio de la soberanía nacional y paladín de la libre determinación, la ejemplar trayectoria del Libertador de América constituye una prenda de invalorable vigencia que en un nuevo aniversario de su muerte, queremos poner en consideración desde el cooperativismo a la sociedad argentina a través de la opinión pública en general.

En la coyuntura nacional e internacional harto difícil en que le toca estructurarse, el ejército sanmartiniano puso sus miras en el desarrollo de la riqueza vernácula, y en procurar su constitución y posterior mantenimiento mediante aportes equitativos de acuerdo a la condición social de cada uno de los contribuyentes.

Ese pensamiento de honda raigambre solidaria le confieren el mérito de adalid de “la idea intuitiva de la cooperación” en la configuración de sus planes, según lo sostiene en su biografía el General Bartolomé Mitre.

Su aporte sustantivo a la Declaración de la Independencia constituye otro inalienable galardón al que debe sumarse el perfil consecuentemente democrático de su pensamiento y de su acción expuesto en la proclama de Agosto de 1822 al pueblo de Chile, hace precisamente 189 años cuando manifiesta, “que mis promesas para los pueblos que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos”.

Las inquietudes de este singular arquetipo apuntan a la unidad de acción a través de la integración de todos los sectores, ratificando otro de los principios fundamentales del movimiento cooperativo.

Es propicia la oportunidad para hacer la consideración de sus meritos diciendo que el mandato y el ejemplo concretos de San Martín son invulnerables y estarán siempre vigentes. Solo el esfuerzo y el trabajo común y cotidiano – en este caso el de las organizaciones cooperativas – con la razón y el sentimiento puestos en una Argentina de ascendente proyección futura podremos ofrecer a nuestro país, a la América y al mundo, el autentico ideal sanmartiniano de una nación en paz, unida y prospera”.

Demás esta decir a pesar del tiempo transcurrido que estos conceptos sostenidos por los valores y principios de la cooperación, siempre deberán tener plena vigencia dentro del movimiento cooperativo argentino.


Segundo Camuratti