viernes, 30 de abril de 2010

Algo más sobre economía social - Parte final



Incursionando en la historia sobre los acontecimientos pasados, encontramos que la economía social aparece en escritos como proyecto de la sociedad, en tiempos contemporáneos a la instalación orgánica de la cooperación por los Pioneros de Rochdale, prácticamente en la misma década del siglo XIX, y se ha ido instalando despaciosamente no adquiriendo nunca la proyección que logró el movimiento cooperativo en su desarrollo.

La complejidad de su amplio contorno hace difícil, pero no imposible, determinar donde comienza y termina la economía social. Cuando el transcurso del tiempo da por tierra con la vigencia de la conjunción economía-política, al abrirse este enlace, consigue que lo político solo no logre mensurar la magnitud que la economía tiene en lo social, tanto en la cantidad de personas que la integran como en el producto bruto que generan y que aportan a la sociedad estos sectores.

El hecho de que si bien es reconocida como sector económico y social esta concebida en una diversidad de estructuras que le han impedido asumir una identidad especifica, tal es así, que en la mayoría de los casos se entiende como condición propia de la relevante figura jurídica del cooperativismo, cosa que no es así.

Por lo tanto es dable discernir que posiblemente la falta del soporte legal que encuadre esa diversidad particular sea uno de los factores que han impedido hasta el momento que sea tenida en cuenta como corresponde.

A pesar de ello podría decirse que igual lograron expandirse en un universo que trasciende las fronteras de infinidad de países adoptando múltiples facetas que en algún momento deberían ser determinadas para que adquieran identidad propia.

Sería bueno que por lo menos en nuestro país, quienes están asumiendo la responsabilidad de legislar lo tengan en cuenta, analizando el tema con elementos que numéricamente comprendan tanto lo económico como su incidencia en lo social, dandole el marco legal que corresponda.

Si lo hacen van a comprobar que hay demasiados elementos no tenidos en cuenta que pueden ser factores importantes para lograr una distinta distribución de la riqueza y una baja considerable del índice de pobreza.

Por ser determinantes en el eslabón de la cadena que coadyuva en la tarea de inclusión de sectores marginados del sistema deberían tener el reconocimiento por la función que cumplen en la economía respondiendo también a resolver problemas sociales y cumplir un rol fundamental en el diseño de un nuevo modelo de país, si se las sabe interpretar como motores de un sector social incluyente dentro de la sociedad, en la intención de contribuir al cambio social.

Entendemos que a llegado la hora de pensar subjetivamente que si la urgencia de lo global es importante, mas vital es lo local cuando los afectados son los sectores menos favorecidos dentro de la sociedad.

El amplio espacio que surgiendo desde la marginalidad atraviesa además el ámbito solidario de la cooperación hace imprescindible que se contemple la conexión con el circuito público vinculado al sector de los servicios para que la ecuación cierre.

Esto permitirá establecer un sector de “Economía Social”, definido claramente como las “Empresas públicas y las solidarias”, en la creencia de que pueden cumplir un cometido significativo en los sectores estratégicos, constituyendo una economía que se desarrolle como ariete para demoler la muralla que lleve a una mejor distribución de la riqueza, llevando al individuo a cumplir con la función que dignifica al ser humano: el trabajo, abandonando el asistencialismo.

Cuando la inteligencia y la conciencia colectiva de la política legislativa deje de lado la parodia del no-quórum como acto público, y se dedique a trabajar conjuntamente a través del consenso por el bien del país respetando las diversidades, tendremos una ley para este sector y otras leyes necesarias que el tiempo actual exija.
Segundo Camuratti

viernes, 16 de abril de 2010

Algo más sobre economía social - Pra. parte


No es fácil deducir si alcanza la influencia y el significado del espacio que pueda llenar un artículo tratando de resumir la trascendencia que tiene la economía social en esta etapa que transita la sociedad. De cualquier manera estas cosas hay que manifestarlas cuando se está convencido que la materia es importante a tener en cuenta.

No deja de ser interesante lo que se escribe en primera instancia sobre la “economía social”, pero la experiencia nos demuestra que nunca estará dicha la última palabra sobre el particular. Es lo suficiente valioso el tema que sobrepasa lo que se pretenda expresar en algunas carillas.

En principio, se puede decir que el propio término Economía Social puede resultar reiterativo, pues acaso toda la economía reviste un carácter social, ya que existe para satisfacer necesidades sociales, sea tanto para fines específicos o como medio para lograr la obtención de beneficios.

Sin embargo es una expresión que al estar instalada es asumida plenamente como concepto referente del sector de la economía que engloba aquellos grupos sociales, que intentan encarar la producción y los servicios necesarios o complementarios a ella con una organización radicalmente distinta a la empresa capitalista; porque con valores diferentes y objetivos que los sostienen, actúa como un modelo que pone en evidencia que la racionalidad económica y el progreso social son criterios compatibles para resolver problemas de determinados estamentos sociales.

En este universo quedan comprendidas una gran variedad de organizaciones desarrolladas por sectores sociales en actividades de muy distintas características y objetivos, que sin ser similares, comparten una cantidad de particularidades que se entienden como requisitos indispensables para integrar el sector de la economía social.

Sin embargo logran determinar un orden económico y social aun no totalmente conformado y alcanzado a explorar porque involucra a un ámbito subjetivo que en ninguna instancia puede ni debe ser ignorado; nos referimos al individuo como persona y los intereses que pueden perjudicarlo o beneficiarlo en su manera de vivir.

Por lo tanto entendemos que el campo de la economía social es amplio, a la vez muy complejo y dinámico, por lo tanto, las ciencias sociales están lejos de encontrar criterios universales para determinarlos; al sostener ser entidades sin fines de lucro, transitan en el colectivo imaginario en un espectro tan difuso que va desde los sectores marginales y pasando por el cooperativismo llega hasta las empresas públicas.

Cabe hacernos entonces aquí una pregunta que surge del análisis de situación que despierta en el individuo común cuando oye a cada instante hablar sobre la incidencia de la palabra “globalización”, que pareciera estar de moda en la hora actual del mundo por ser el real exponente del fruto máximo de la simiente capitalista.

¿Puede tener vigencia el sector de la economía social en el estadio que envuelve la actividad económica conocida vulgarmente como mercado?

Por supuesto estamos convencidos que sí, porque es un factor importantísimo para resolver problemas derivados de la aplicación de las políticas neoliberales durante décadas que a través de la implantación de economías de mercado generaron desempleo y exclusión social. También podemos agregar como elemento positivo de la economía social que es muy difícil encontrar en ella la intermediación parasitaria que distorsiona en beneficio propio los valores de la actividad generada.

Segundo Camuratti
(Continuara)








miércoles, 14 de abril de 2010

Barajar y dar de nuevo - Parte final

Comentábamos en entregas anteriores de una joven Latinoamérica para mirarnos en el cristal de los resultados, pero podemos incorporar para darle más fuerzas al razonamiento con la semejanza de países del primer mundo en este aspecto especialmente en Europa, que nos pueden servir como corolario; había países enrolados en la función de gobierno dentro del socialismo, devenidos luego algunos en la social democracia, otros en la centro izquierda, y últimamente cooptados sin calificación por lo que se define genéricamente el “progresismo”, que en el amplio sentido de la palabra no han llegado a conformar una salida decente en el bienestar de los pueblos, y que comienzan por cambiar de mano al transitar el efecto “pendular” para colocarse en el sendero de la derecha.

Esto es demostrativo de que no hay una sola verdad y que es errónea la teoría que llevo a Fukuyama a desarrollar el diagnostico que fuera comprado por muchos, prediciendo la muerte de las ideologías distintas a la última marca de fabrica, representada por el capitalismo neoliberal. Las ideologías siempre habrán de existir mientras se conviva con sistemas que nieguen al hombre ser dueño de su destino.

Analizamos en consecuencia lineamientos generales encausándolos como juicio, sin profundizar en demasía los temas en la intención de refrescar la memoria tratando de dar el marco adecuado de nuestra situación, como país dentro de los problemas del Continente y por supuesto como integrantes del mismo, examinando hacia donde nos pueden llevar los acontecimientos futuros.

La intención esta puesta en algo que nos preocupa posiblemente por demás y que expresamos en el inicio de este trabajo; como se consigue terminar con ese movimiento “pendular” de la política y las acciones que arrastran luego el destino de las naciones y, las llevan a no poder controlar como gira el eje central del dilema que las acucia; de que manera se mejora el sistema de vida de sus habitantes.

En este núcleo de países conglomerados que conforman Latinoamérica y especialmente desde Centroamérica en Honduras, el 28 de junio de 2009, se inicia el cambio traumático de autoridades a través de la ingerencia de factores no democráticos; un golpe de estado militar terminó con la sustitución del presidente constitucional Manuel Zelaya y el nombramiento de Roberto Micheletti como mandatario interino.

La comunidad internacional, incluyendo las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, se pronunciaron en contra calificando este acto como una “ruptura del orden constitucional” y exigieron unánimemente la restitución del destituido presidente. Demás está decir que hubo múltiples cabildeos sobre el tema pero el nuevo presidente hizo caso omiso gambeteando todas las propuestas realizadas por la colectividad internacional é instala su proyecto: un mal ejemplo a tener en cuenta.

Otros sucesos pero enmarcados dentro del orden institucional como corresponde se dieron luego a instancias de actos eleccionarios que fortalecieron la democracia sudamericana en poco tiempo.

Luego de una segunda vuelta electoral el 29 de noviembre de 2009 gana las elecciones presidenciales el candidato del Frente Amplio en Uruguay, José Mujica, representando a la izquierda de ese país por segunda vez consecutiva.

Pero el 10 de enero de 2010 con solo 49 días de diferencia, la victoria de Sebastián Piñera en la última elección presidencial chilena le puso puntos suspensivos a la seguidilla de victorias de la centroizquierda que se fueron dando durante dos décadas; Sebastián Piñera, el empresario más rico de Chile, será el encargado de liderar la restauración conservadora del país trasandino.

Estos dos ejemplos tienen que servir, (descartando desde ya la inviabilidad del nefasto modelo de Honduras), como espejo para encaminar una salida concreta que contemple mejorar el sistema de vida de las personas, llevando a buen puerto un modelo de país a través de lograr una equitativa distribución de la riqueza, contribuyendo a reforzar los derechos humanos individual y colectivamente eliminando el movimiento pendular como salida política permanente.

En el 2011 Argentina tiene nuevamente elecciones presidenciales que pueden convertirse en un dilema a dilucidar que solo lo puede desentrañar la política con un correcto accionar, corrigiendo errores si corresponde, para que el votante sepa discernir hacia donde tiene que ir dirigido su voto.

En tanto llegue ese momento la política tiene todavía que aprobar muchas materias pendientes; una de ellas, quizás la mas importante, es la falta de coherencia sobre el modelo de país a construir, que no puede estar montado sobre estructuras coyunturales sino en proyectos de largo plazo elaborados por distintas fuerzas políticas que respetándose entre sí, admitan que aunque existan cambios de protagonistas en la conducción del mismo, la responsabilidad les corresponde a todos.

Por eso decimos que al país hay que hacerlo entre todos y desde adentro; si para lograrlo hace falta “Barajar y dar de nuevo”, quienes tengan que hacerlo deberán pensar en primera instancia que trabajan no solo para ellos sino por y para el país, haciéndolo con unidad en la diversidad como guía y siendo solidarios y equitativos con sus congéneres en la acción.

Segundo Camuratti







sábado, 3 de abril de 2010

Barajar y dar de nuevo - Tercera parte

Hacemos estas consideraciones en el afán de aportar opiniones que vayan más allá del mero motivo de pretender modificar la realidad existente; entendiendo que la realidad solo puede cambiarla la sociedad cuando ejecuta el acto supremo de introducir su voto en la urna.

Es posible que se nos adjudique el mote de ser repetitivo al volver sobre el tema que planteamos cuando hablamos sobre la matriz neoliberal devenida de la dictadura y de quienes continuaron cultivándola en la década de los noventa, y sirven aún como asiento de políticas que se siguen aplicando como herencia, aunque se diga lo contrario.

Existen quienes en determinados momentos recuerdan en buena hora, que son imprescriptibles los acontecimientos vinculados a los males causados que afectan a los derechos humanos sobre la vida de las personas, pero son ambivalentes o padecen amnesia cuando hay que incursionar en la evocación de las nefastas consecuencias derivadas por las políticas económicas instaladas en etapas que perjudicaron al país y por lógica analogía a sus habitantes, hechos que también concierne a los derechos humanos.

Pareciera que es “tabú” mencionar aspectos de la deuda externa argentina determinada en parte ilegitima por la justicia, (ver dictamen del Juez Dr.Jorge Ballesteros del 13 de julio de 2000) que a casi 10 años transcurridos se sigue sin investigar, durmiendo el sueño de los justos en los cajones de la alta política que la ignora para no revisarla, para hacer conocer a los responsables del endeudamiento cuestionado.

La ley de entidades financieras, la deuda externa y el sistema tributario son los integrantes de lo que podríamos llamar la tríada que componen los resabios más distorsivos de los problemas vigentes que provienen de la misma matriz.

El sistema tributario si bien fue sancionado en la década de los noventa viene de la misma escuela de la ortodoxia neoliberal y sigue también instalado en la lista de espera de las decisiones, pareciera de manera mas deseada que fortuita, mientras tanto anula la equidad indispensable que debería asumir la actitud oficial cuando incorpora la intervención del estado en la economía para lograr el funcionamiento armónico de los distintos sectores económicos y sociales.

Pareciera original gravar con impuestos a los artículos de primera necesidad como la canasta familiar, mientras por otro lado no se hace lo mismo con los sectores que generan ganancias extraordinarias, (exentos por que están liberados de gravamen) tales como los activos financieros y la riqueza concentrada, identificados hoy con otros nombres pero siguen siendo los continuadores de la “patria financiera” volcada a la especulación que tanto mal le hizo al país.

Debe de quedar claro que es indispensable una reforma tributaria que termine con el impuesto regresivo e incorpore el impuesto progresivo para que aquellos que más ganan, más paguen.

¿No habrá llegado la hora que también en estos temas exista alguien que desde lo político actúe en defensa de los legítimos intereses del país y en consecuencia decida intervenir para “barajar y dar de nuevo” haciendo más creíble a la política?

Vivimos una etapa donde priman entre los dirigentes políticos electos de distintos sectores hacer acusaciones cruzadas sobre como se debe funcionar en los peculiares estamentos que componen la estructura gubernamental del estado, (que por bien la tenemos en manos de los organismos que fija la Constitución Nacional a través del acto electoral): pero tantas cavilaciones, si siguen así, pueden terminar como un fin en si mismo, olvidando que todos fueron electos para cumplir una función que no es otra que conducir en el lugar que les corresponda el gobierno del país; todos ellos serán responsables el día de mañana de los acontecimientos producidos ante una ciudadanía que tiene memoria y, mas temprano que tarde, deberán rendir cuentas de frente a la sociedad.
Segundo Camuratti
(Continuará)