miércoles, 28 de diciembre de 2011

Fin de año

Estamos llegando a fin de año y se hace indispensable saludar a nuestros seguidores y a todos aquellos que, posiblemente desde el anonimato de la lectura nos acompañan, y de vez en cuando, nos comentan sobre lo que estamos escribiendo todos los meses tratando de encausar lo que pensamos y entendemos sobre lo que debería ser el cooperativismo en Argentina.

Siempre hicimos gala del contexto que actúa como soporte institucional de la cooperativa: La unidad en la diversidad, ejemplo claro del factor colectivo que debe asumir la figura de la cooperativa.

Creemos haber respondido a ese pensamiento con lealtad tratando de enhebrar con la sencillez del lenguaje cotidiano las agujas que tejen las simples cosas que hacen a la esencia de algo tan importante como la cooperación.

En el nuevo año que se avecina , 2012, seguiremos con la predica constante de la gota de agua que orada la piedra, tratando de que “El año Internacional de las cooperativas” promulgado por la Alianza Cooperativa Internacional para el año 2012, sirva como colofón para un movimiento en desarrollo permanente al servicio del país y de la gente.

Para nuestros consecuentes seguidores y a todos aquellos que nos acompañan les decimos levantando la copa del brindis:

“FELIZ AÑO NUEVO”

Segundo Camuratti

domingo, 4 de diciembre de 2011

Tiempo de balances

Aquello de año nuevo vida nueva va apareciendo como el mismo cuento con los mismos referentes en el sector cooperativo de esta Argentina que sigue postergando las cosas importantes sin que se sepa porque en el movimiento cooperativo.

Al programado Congreso Argentino de las Cooperativas a mediados del 2011 le van a restar solo seis mes del año nuevo para trabajar previo al Día Internacional de la Cooperación donde debía hacer conocer su veredicto sobre la situación del cooperativismo; el año político le arruinó la tarea porque pareciera que a los cooperadores les interesa mas la política que el propio movimiento, sin tener en cuenta que se pueden hacer dos cosas a la vez aquello que les interesa.

Esta dicho que el tiempo perdido no se recupera porque el trabajo previo de reuniones para poner en tiempo todo lo que significa un congreso en una geografía dilatada como Argentina, ya no se volverá a hacer; la participación indispensable para reunir el pensamiento de millones de cooperadores que militan convencidos de lo que representa la cooperación tal vez se cubrirá con la expresión de dirigentes que opinarán por si.

No se hace con esto un favor al movimiento cooperativo sino que se lo perjudica grandemente en un mundo y un país que cambia velozmente, el movimiento cooperativo no puede permanecer estático a la espera de que los ajustes sociales y económicos, en la sincronización de un sistema dinámico en el verdadero sentido de la palabra, termina en una expresión de deseos de que todo marche bien enrolándose en el estatus quo en que duermen.

Si se deja de conocer a las bases del movimiento, en tiempos atravesados por la política puede terminarse en versiones que nada tendrán que ver con las necesidades de un movimiento que aun sigue tratando de formular su propio desarrollo para mejorar el funcionamiento de las cooperativas; verbigracia: con el eje sobre el que deben girar los principios y valores que sostienen su estructura, la educación cooperativa, está como siempre trabado por la esencia política que trata de coparlo para convertirlo en un obediente ejecutor de consignas y políticas que nada tienen que ver con la solidaridad y la ayuda mutua.

Deberán darse cuenta algún día los dirigentes que a ellos también les transcurre el tiempo y que los cooperadores pueden cansarse de esperar cosas de quienes solo los representan para la figuración, o en el mejor de los casos para incidir en otros intereses que no son los cooperativos.

Segundo Camuratti

viernes, 25 de noviembre de 2011

El valor de las palabras Sda. Parte

La importancia, o no, de las palabras debe encajar dentro del respectivo espacio que al contemplar la misma se corresponda con lo que queremos expresar, el porque y para qué.

Otra de las acepciones a tener en cuenta, es cuando se habla del bien común, y sobre la ambivalencia que puede provocar porque permite encuadrase de manera distinta su significado dentro del vocabulario sobre lo individual a lo colectivo, si no se lo determina o entiende que espacio ocupa en la escala de valores que se quiere asignarle.

El individualismo jamás va a aceptar el bien común porque el bien es solo suyo, en tanto el cooperador lo va a reconocer en todas las instancias desde lo colectivo: desde la propiedad intrínseca que integra el valor de los aportes que conforman una cooperativa hasta la acción desarrollada para administrarla; aunque parezcan en la expresión bien común no es lo mismo la propiedad que el beneficio.

Por lo tanto se debe tener claro, en una cooperativa cuando se habla de su activo el bien es propiedad común de la membresía y el bien común es el beneficio que recibe el conjunto, por eso decimos que el bien común como acepción genérica es ambivalente si no está adjetivada.

No se trata de hilar fino para obscurecer el agua cristalina, sino de aclarar los términos para que se entienda a que se quiere referir lo que se expresa; para que no se tergiverse la oración en la redacción escrita o en la versión parlante.

Si logramos encarrilar los mensajes que emanan del discurso cooperativo para ejemplificar las cosas el sector será más entendido y por lo tanto llegará mas lejos sin ser criticado.

La cooperativa genera para su actividad, a través de su membresía, un capital social que es una propiedad colectiva, mayor o menor de acuerdo a la rama en que actúe, pero su actividad genera un bien que disfrutan equitativamente todos quienes la integran con independencia del aporte personal que cada uno hizo, pero señala en su individualidad subjetiva también el avance colectivo cuando determina en un socio un voto para asegurar una dirección colectiva equitativa en la conjunción comparativa de sus estatutos.

No se trata en la circunstancia de ser semántico pero si es necesario que se defina claramente lo que se quiere decir cuando se escribe, en o sobre, el movimiento cooperativo para no deformar las ideas acompañando el sentido exacto de las palabras al no entorpecer la lectura y la malas interpretaciones de los textos para aquellos que aun no han transitado por acción u omisión el camino colectivo de la cooperación.

Segundo Camuratti

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sentido común

Se escribe o se dice sentido común como una definición hegemónica del pensamiento humano del colectivo, cosa que si se piensa y se analiza permite llegar a la conclusión de que cuando se enuncian esas dos palabras se disfraza, o si se quiere es una falacia que conlleva una tremenda contradicción en la expresión y el efecto.

Un individuo que vive en los ámbitos tan diversos de la sociedad va condicionando, quiérase o no, su razonamiento, y si no se adapta por lo menos se adecua al entorno que lo circunscribe, y forma su propia manera de pensar y de expresarse y porque no actuar, desde la escuela en primera instancia y en segunda desde los vaivenes económicos y sociales con que lo presiona la sociedad.

Por lo tanto cada cual adquiere su propia idiosincrasia que puede diferir en mucho del ídem de los demás, por eso se debe definir que es el sentido común generalizado en el decir como si fuese un dogma analítico que agrupa el pensamiento humano.

Podemos decir con fundamentos cuando se lo pronuncia al diversificar que es una antinomia: ¿puede tener el mismo sentido común aquel que vive en una villa de emergencia que el que mora en un barrio privado?, jamás.

Estas cosas dichas así nos llevan a deformar la realidad igualando con el rasero a la humanidad como si fuese desde un paraninfo, ocultando las miserias de un mundo desigual, por eso hay que tenerlas en cuenta.

Un mundo desigual donde albergan todos: los que tienen riquezas y los desposeídos que no tienen nada y el verbo que tratando de ser común para darle más valor a lo dicho, cosifica desde lo vulgar a lo serio, los iguala en la manera de pensar y de sentir y esto debe cambiarse, la realidad debe expresarse tal como es, no igualándola con el rasero.

Aquellos que llegan a la cooperación no lo hacen a través del sentido común porque van buscando otros parámetros y argumentos que no son universales porque están enrolados dentro de los que anhelan cambiar la realidad partiendo de la base de modificar primero su propia realidad.

Adquieren la entidad necesaria habilitando que su salida nunca puede ser individual, porque esto solo no alcanza, por lo tanto parte en la búsqueda del encuentro colectivo que permita agrupar fuerzas para enfrentar la decisión que lo lleve a cumplir su deseo, vivir mejor.

Ese paso es el inicio del proceso que lo lleve a la instancia superior de modificar la realidad que lo oprime y no se corresponde con ningún sentido común de un sistema que lo maltrata pretendiendo expulsarlo de sus entrañas.

Por eso el avance de la cooperación tiene una base de sustento poblacional distinta que ya parte de un concepto; tentar al sistema para incorporarse no solo a el, sino a integrarse, sí a integrarse, a la sociedad por un camino alternativo para llegar a la inclusión a través del trabajo, partiendo muchas veces solo desde la nada para hacer de eso el valor fundamental del razonamiento conjunto con otros seres, que igual que el, buscan resolver problemas que acucien su supervivencia.

Segundo Camuratti

sábado, 5 de noviembre de 2011

El valor de las palabras Pra. Parte

Aunque parezca superfluo muchas palabras no adquieren el valor absoluto cuando se las dice o se las escribe si no están acompañadas del adjetivo que determine hasta donde llega su influencia.

La palabra democracia es una de ellas porque se la incorpora en el léxico y se la toma como el súmmum de una acepción totalizadora del significado que se pretende darle.

Cuando en función de gobierno se incorpora la palabra democracia se da por sobre entendido que se aplica como referente máximo del reaseguro que tiene el individuo para el goce pleno de los derechos.

Y esto no es así, porque debería estar acompañada del adjetivo que le marque donde comienza y termina su función para que se entienda lo que quiere decir.

Porque si no solo define una doctrina política a favor del sistema de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía mediante la elección libre de sus dirigentes.

Luego estos dirigentes en nombre de esa democracia son los que gobiernan y el pueblo es solo espectador pasivo de lo que ellos hacen.

No pretendemos hacer juego de palabras pero si demostrar el valor que se le adjudica a la palabra, que incorporada, no dice claramente lo que representa; no es el súmmum de la garantía universal, solo una parte.

Democracia es una cosa cuando va adjetivada por representativa, otra por republicana, o participativa o distributiva; ese arco lingüístico tiene que unirse para darle el contenido y la garantía que debería tener el individuo cuando se la expresa en función de actos de gobierno con vigencia plena para asegurar beneficios al individuo.

En cambio otras palabras llenan ese arco que decíamos anteriormente porque son totalizadoras en cuanto a la función que cumplen

Una de ellas es la palabra cooperación y sobre ella queremos explayarnos para demostrar la incidencia que tiene cuando se la pronuncia y se la ejerce.

La cooperación representa en si un factor incluyente que lleva inmerso el esfuerzo propio y la ayuda mutua en cualquier cosa que se instale en el imaginario colectivo para mejorar la vida de las personas, cerrando el capitulo para lograr el goce del individuo contribuyendo a resolver los cuatros adjetivos; republicana, participativa, distributiva y además representativa porque incorpora el elemento fundamental cuando admite la unidad en la diversidad superponiendo el verbo convivir por sobre el valor político.

Cuando se habla de cooperación se instala el alo que cierra la acepción indicativa que abarca todo, el uno y lo otro, como expresión máxima de la tolerancia al interpretar el conjunto de valores que contribuye a solucionar las necesidades que llevan implícito al goce del individuo en un distinto modelo que al ser compartido contribuye a armonizar la vida

Por lo tanto cuando se instala la palabra cooperación es el indicativo claro de que se puede lograr alcanzar todo lo que se propone sin tener que adjetivarla, adquiriendo así un valor absoluto.

Segundo Camuratti

lunes, 31 de octubre de 2011

El año internacional de las cooperativas

“Las cooperativas son un recordatorio a la comunidad internacional de que es posible perseguir, a la vez, la viabilidad económica y responsabilidad social”.

. Ban Ki-Moon Secretario General de las

Naciones Unidas.


El lanzamiento mundial del Año Internacional de las cooperativas es un evento histórico para el movimiento cooperativo.

El 31 de octubre de 2011 será un día especial para los cooperativistas del mundo entero. Con el lanzamiento oficial del Año Internacional de las Cooperativas los y las cooperativistas tendremos una nueva plataforma para transmitir un mensaje muy conciso y significativo: “las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor”. Tras esta instancia, una nueva audiencia podrá comenzar a comprender lo que el movimiento cooperativo sabe hace tanto tiempo; que es un instrumento que mejora la calidad de vida de las personas en los más diversos puntos del planeta.

Día a día, mes a mes y año tras año lo venimos repitiendo esto con insistencia y con distintos conceptos, pero con el mismo significado desde las columnas de Sentido Solidario con el fin de hacer conciencia, (no de bajar línea), de la bondades de la cooperación para ubicar al individuo común en un camino claro y consistente para emancipar a ese individuo de los prejuicios que ciertos regimenes económicos y/o políticos que quieren absorberlos con mecanismos propios de otros tiempos para usarlos y mantenerlos esclavizados a su antojo disfrutando ellos la plusvalía de su trabajo.

Una cooperación que lleva inmersa en su esencia el acto solidario como fuente cultural de acercamiento hacia sus congeneres para compartir con ellos sus modos de vivir para resolver la salida conjunta de sus necesidades y participar de sus logros cuando corresponden.

Cerca de 10 millones de cooperadores, (el 25 por % de habitantes del país), conforman el estamento social del entramado cooperativo y dan cuenta de la influencia que ejercen dentro de la estructura económica social y muestran la importancia que tienen en el país.

Sin embargo, a pesar de su envergadura todavía no es tenido en cuenta como corresponde por el sector político en general, (salvo algunas excepciones) para favorecer su desarrollo y poder así aumentar su gestión dentro de la economía para bien del país.

Es de esperar que en el Año Internacional de las Cooperativas el movimiento cooperativo contribuya con sus actos evocativos a alertar sobre la realidad que mantienen dentro de la economía social para que sean tenidas mas en cuenta para ser alentadas.

Segundo Camuratti

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lunes, 17 de octubre de 2011

Formadores de conciencia


Se confunde cuando desde el imaginario colectivo se incorpora en la conciencia el pensar al cooperativismo como una asociación gremial de un sector de la sociedad como un hecho común; sin tener presente que ello significa desviar el eje del entramado social que lo compone porque los cooperadores van por más; al anhelar construir una nueva sociedad con auténticos valores solidarios vertebran una distinta distribución de la riqueza haciendo posible un mundo más igualitario y fraterno.

No es pecar de soberbia el pretender esto que decimos, es solo despertar desde lo cognitivo al sujeto de la conciencia donde la exaltación es producto de los resultados de acertar circunstancias que transmiten acciones que llevan al individuo, como factor social, a disponer de herramientas para conseguir un mejor sistema de vida.

Está claro que las dificultades que tiene el ser humano en su vida no se resuelven por si solas, deviene además del grado de inteligencia que aporten las personas por si mismas a través de su ego y del aprendizaje al capacitarse por la educación que reciba; es decir el sujeto no es, se hace.

Es por eso que para construir un individuo solidario no alcanza solo el ejemplo sino también la educación que le incorpore los factores de la ayuda mutua y las cinco palabras que llevan a institucionalizar con fuerza el acto solidario; “la preocupación por la comunidad”.

La educación y especialmente la educación cooperativa nutre y despierta en el ser humano valores que contribuyen en buena medida a ir formando conciencia en las personas de que el individualismo solo, engendra el aislamiento en un estrecho corredor que lo encierra y lo separa del universo en que vive.

Si tenemos en cuenta esto vamos a llegar a la conclusión de la imperiosa necesidad de que sin la educación cooperativa mediante, no vamos a tener auténticos cooperadores formados solo por la práctica del trabajo cotidiano sino individuos consustanciados teóricamente con las pautas que fijan los principios que norman a la cooperación, desarrollando conciencia solidaria.

Por lo tanto, aquellos educadores que logren trasmitir con su tarea el conocimiento detallado, exacto y real de la esencia y la importancia de la cooperación para el desarrollo de la humanidad se convierten en genuinos formadores de conciencia para modelar el nuevo individuo solidario.

Segundo Camuratti

miércoles, 12 de octubre de 2011

Balance legislativo

Si nos detenemos en el avance de nuestra tarea diaria para analizar el quehacer cooperativo y conocer que es lo que se está realizando desde el sector legislativo para incorporar i/o mejorar las leyes y normas que rigen su accionar, quedamos decepcionados de la lentitud con que se actúa desde las cámaras legislativas.

Notamos las entradas de distintos proyectos en la Comisión de Asuntos Cooperativos, Mutuales y Organizaciones no Gubernamentales, sobre diversas actividades y necesidades que podrían resolver los problemas que las aquejan; problemas que vienen de años sobre algunas ramas cooperativas que no encuentran solución e impiden avanzar en la definición del encuadre definitivo para accionar dentro del reglamento o ley respectiva.

Algunos proyectos de ley han perdido vigencia al vencerse los plazos respectivos y por lo tanto deberán incorporarse nuevamente dentro de la agenda y por lo tanto muy difícil sera avanzar en la soluciones que el cooperativismo espera cuando en lo que va del año la Comisión no ha sesionado ni una sola vez; pareciera que la actividad electoral del 2011 los paso por arriba.

Da la impresión, (esperemos que sea solo eso) de que el cooperativismo para la Comisión de la Cámara de Diputados que trata los asuntos cooperativos es solo un pasatiempo porque su trabajo es muy relativo; los señores diputados todavía no han vislumbrado la importancia de un movimiento que es motor de un amplio sector de la economía social que trabaja para sí y para el bien del país.

Esto no es nuevo, cuando se incorpora por primera vez está Comisión en la estructura de la Cámara, durante los seis primeros meses de vigencia no se habían anotado en ella casi ningún diputado, por lo tanto no habría nacido bien la misma cuando después de muchos años, y existiendo muchos diputados concientes de lo que significa la cooperación todo está como era entonces.

La necesidades de algunas ramas del cooperativismo, como el de trabajo, hace años que necesitan su propio reglamento para estar encuadrados en un régimen propio, que lo ponga a cubierto de cualquier contingencia que le impida mostrar verdaderamente que es y que significa la cooperación como trabajo, que le permita determinar con propiedad hasta donde tiene o no debe llegar su competencia. Ya demasiado zarandeado se encuentra el cooperativismo de trabajo, porque es la rama del cooperativismo mas bastardeada por aquellos que la están convirtiendo en agente directo del asistencialismo.

Hemos visto muchas veces como aparece, desdibujando los hechos y generando confusión, la figura cooperativa en la organización de los núcleos de trabajo que habrán de tomar a su cargo las tareas a encarar por los mismos, que no se condice en su accionar con el armado y el funcionamiento de la estructura cooperativa como elemento de autogestión.

Como entendemos que la actividad que se desarrolla en el Plan “Argentina Trabaja” merecía, para afianzarlo dentro de la sociedad, y en beneficio de generar puestos de trabajo incorporando mas fuerza laboral en la economía del país, darle un carácter asociativo especifico y propio a través de un estatuto o reglamento que lo ubicase plenamente, de echo y de derecho, dentro de esta nueva construcción como economía social, pero no esconderlo detrás de la figura cooperativa.

Todo lo que se haga de los distintos sectores políticos por mejorar la situación de las personas será siempre bienvenido pero habrá que ubicarlo en el ámbito que les corresponda sin saltar el alambrado.

Segundo Camuratti

lunes, 3 de octubre de 2011

Recuerdos para un homenaje




Hay acontecimientos que por su importancia no han de ser olvidados jamás por estar envueltos en los recuerdos que la mente siempre tiene presente porque proceden precisamente de las personas de bien en su paso por la vida.

El día 3 de octubre de cada año es una fecha que permanecerá impresa con tinta indeleble en el raciocinio de las personas que militaron durante muchísimo tiempo dentro de los movimientos sociales y especialmente en el cooperativismo porque fue el día que hace siete años Floreal Gorini nos dejó para entrar en la posteridad.

Es por eso, para recordar que fue y lo que hizo en su paso por la vida, todos los aniversarios no podemos dejarlo fuera de la agenda de los acontecimientos venerables que siempre debe tener en cuenta la sociedad y la gente.

Lo hacíamos anteriormente en actos públicos cuando estuvimos militando en el movimiento cooperativo del cual fue uno de los más legítimos constructores, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, y lo seguimos haciendo desde el llano a través del blog “Sentido Solidario”, esto nos permite transmitir el pensamiento y la vocación solidaria que nos inculcó Floreal cuando estuvimos a su lado.

Siempre lo hicimos y lo seguiremos haciendo en cuanto podamos escribir refiriéndonos a las enseñanzas ideológicas y humanísticas que para el bien del movimiento cooperativo dejó escritas y que por lo tanto jamás podrán ser tergiversadas por espurios intereses que siempre rondan a las celebridades para adueñarse de la herencia de su hombría de bien para propiciar la propias.

Cada frase escrita sobre el leitmotiv al cual dedico su vida, el bienestar de la persona humana, tiene el sello de su impronta ya sea desde el trabajo, desde los movimientos sociales, el cooperativismo y de la misma tarea política que lo llevo a ser diputado nacional sin ocultar su origen político; el ser comunista.

Su experiencia sindical y política, junto a una camada de importantes é inolvidables cuadros sociales alimentaron desde el inicio, la faceta diferencial con que se debía interpretar ese cooperativismo desde el Instituto Movilizador; tal es así que en esos primeros años se comenzaba a perfilar lo que Gorini denominaría mas adelante, como una corriente especifica y por lo tanto distinta del cooperativismo, que el no dudaba de asociarla al pensamiento de los socialistas utópicos en la construcción social, sosteniendo que la movilización y la participación popular debían ser actores conscientes en la necesidad de una nueva sociedad, trabajando como factores fundamentales para definir el curso transformador de la cooperación.

Sin embargo nunca traspaso su ideología política para influenciar con ella la actividad cooperativa, pero si supo destacar las coincidencias y asociarlas con fundamentos humanistas en la tarea cotidiana; teniendo siempre en cuenta la diversidad ideológica de los cooperadores respetando la independencia de sus convicciones políticas en tanto asumieran el rol principista y solidario de la función cooperativa.

Supo ver antes que nadie las consecuencias nefastas que el neoliberalismo pretendía llevar a cabo colocando al mercado por sobre el hombre, haciendo de este solo un mero número surgido del ábaco de la desigualdad social, por eso podemos decir que fue un adelantado a los tiempos.

Frente a esta dura realidad en su último discurso por el Día Internacional de la Cooperación el 1 de julio del 2.004 nos decía preguntándose: ¿”podemos destinar nuestro tiempo de análisis e investigación a cuanto mejora el superávit fiscal o cuanto variará la tasa de interés, y entre que cifras oscilará el valor del dólar?

Esto pueden hacerlo los tecnócratas encargados de custodiar los intereses del sistema, pero quienes queremos la vigencia de la justicia, la democracia y los derechos humanos, tenemos que pensar y actuar sobre como terminamos con la desocupación, la pobreza, la mortalidad infantil, el abandono de la ancianidad y la atención de la salud; cuando entramos a buscar la solución vemos que ellas no se encuentran en las especulaciones de gabinetes económicos o financieros; las soluciones requieren un cambio del sistema”.

Por eso su papel de constructor no se agotó en la práctica cooperativa como un fin en si mismo, esta debía ser el trampolín para alentar la articulación de las cooperativas, con otros sectores sociales y políticos en la búsqueda de una disyuntiva superadora, para un nuevo modelo de país.

Seria interesante que aquellos que lo recuerdan tengan en cuenta que existen dos libros que reflejan su pensamiento y los lean como homenaje a su persona: “La Batalla Cultural” editado por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativo y dado a conocer en el homenaje realizado en el cuarto aniversario de su desaparición que resume discursos de los años 1.991 al 2.004 y el otro, “Izquierda, Instituciones y Lucha de Clases” con su firma que refleja la actividad desplegada en la tarea como Diputado Nacional al servicio del país.

Por nuestra parte seguiremos diciendo que nuestro mejor homenaje lo desarrollamos día a día tratando de aplicar dentro de nuestras posibilidades todo lo que aprendimos trabajando a su lado.


Segundo Camuratti


martes, 27 de septiembre de 2011

Entidad de la economía social Pte. final

Incursionando en la historia de los acontecimientos pasados, encontramos que la economía social aparece en escritos como proyecto de la sociedad, en tiempos contemporáneos a la instalación orgánica de la cooperación por los Pioneros de Rochdale, prácticamente en la misma década del siglo XIX, y se ha ido instalando despaciosamente no adquiriendo nunca la proyección que logró el movimiento cooperativo.

La complejidad de su amplio contorno hace difícil, pero no imposible, determinar donde comienza y termina la economía social. Cuando el transcurso del tiempo da por tierra con la vigencia de la conjunción economía-política, al abrirse este enlace, consigue que lo político solo no logre mensurar la magnitud que la economía tiene en lo social, tanto en la cantidad de personas que la integran como en el producto bruto que generan y que aportan a la sociedad estos sectores.

El hecho de que si bien es reconocida como sector económico y social esta concebida en una diversidad de estructuras que le han impedido asumir una identidad especifica, tal es así, que en la mayoría de los casos se entiende como condición propia de la relevante figura jurídica del cooperativismo, cosa que no es así.

Por lo tanto es dable discernir que posiblemente la falta del soporte legal que encuadre esa diversidad particular sea uno de los factores que han impedido hasta el momento que sea tenida en cuenta como corresponde.

A pesar de ello podría decirse que igual lograron expandirse en un universo que trasciende las fronteras de infinidad de países adoptando múltiples facetas que en algún momento deberían ser determinadas para que adquieran identidad propia.

Sería bueno que por lo menos en nuestro país, quienes están asumiendo la responsabilidad de legislar lo tengan en cuenta, analizando el tema con elementos que numéricamente comprendan tanto lo económico como su incidencia en lo social.

Si lo hacen van a comprobar que hay demasiados elementos no tenidos en cuenta que pueden ser factores importantes para lograr una distinta distribución de la riqueza y una baja considerable del índice de pobreza.

Por ser determinantes en el eslabón de la cadena que coadyuva en la tarea de inclusión de sectores marginados del sistema deberían tener el reconocimiento por la función que cumplen en la economía respondiendo también a resolver problemas sociales y cumplir un rol fundamental en el diseño de un nuevo modelo de país, si se las sabe interpretar como motores de un sector social incluyente dentro de la sociedad, en la intención de contribuir al cambio social.

Entendemos que a llegado la hora de pensar subjetivamente que si la urgencia de lo global es importante, mas vital es lo local cuando los afectados son los sectores menos favorecidos dentro de la sociedad.

El amplio espacio que surgiendo desde la marginalidad atraviesa además el ámbito solidario de la cooperación hace imprescindible que se contemple la conexión con el circuito público vinculado al sector de los servicios para que la ecuación cierre.

Esto permitirá establecer un sector de “Economía Social”, definido claramente como las “Empresas públicas y las solidarias”, en la creencia de que pueden cumplir un cometido significativo en los sectores estratégicos, constituyendo una economía que se desarrolle como ariete para demoler la muralla que lleve a una mejor distribución de la riqueza, llevando al individuo a cumplir con la función que dignifica al ser humano: el trabajo, abandonando el asistencialismo.

Cuando la inteligencia y la conciencia colectiva de la política legislativa deje de lado la parodia del no-quórum como acto público, y se dedique a trabajar conjuntamente a través del consenso por el bien del país respetando las diversidades, tendremos una ley para este sector y otras leyes necesarias que el tiempo actual exija.

Segundo Camuratti

jueves, 22 de septiembre de 2011

Entidad de la economía social Pra. parte

No es fácil deducir si alcanza la influencia y el significado del espacio que pueda llenar un artículo tratando de resumir la trascendencia que tiene la economía social en esta etapa que transita la sociedad. De cualquier manera estas cosas hay que manifestarlas cuando se está convencido que la materia es importante a tener en cuenta.

No deja de ser interesante lo que se escribe en primera instancia sobre la “economía social”, pero la experiencia nos demuestra que nunca estará dicha la última palabra sobre el particular. Es lo suficiente valioso el tema que sobrepasa lo que se pretenda expresar en algunas carillas.

En principio, se puede decir que el propio término Economía Social puede resultar reiterativo, pues acaso toda la economía reviste un carácter social, ya que existe para satisfacer necesidades sociales, sea tanto para fines específicos o como medio para lograr la obtención de beneficios.

Sin embargo es una expresión que al estar instalada es asumida plenamente como concepto referente del sector de la economía que engloba aquellos grupos sociales, que intentan encarar la producción y los servicios necesarios o complementarios a ella con una organización radicalmente distinta a la empresa capitalista; porque con valores diferentes y objetivos que los sostienen, actúa como un modelo que pone en evidencia que la racionalidad económica y el progreso social son criterios compatibles para resolver problemas de determinados estamentos sociales.

En este universo quedan comprendidas una gran variedad de organizaciones desarrolladas por sectores sociales en actividades de muy distintas características y objetivos, que sin ser similares, comparten una cantidad de particularidades que se entienden como requisitos indispensables para integrar el sector de la economía social.

Sin embargo logran determinar un orden económico y social aun no totalmente conformado y alcanzado a explorar porque involucra a un ámbito subjetivo que en ninguna instancia puede ni debe ser ignorado; nos referimos al individuo como persona y los intereses que pueden perjudicarlo o beneficiarlo en su manera de vivir.

Por lo tanto entendemos que el campo de la economía social es amplio, a la vez muy complejo y dinámico, por lo tanto, las ciencias sociales están lejos de encontrar criterios universales para determinarlos; al sostener ser entidades sin fines de lucro, transitan en el colectivo imaginario en un espectro tan difuso que va desde los sectores marginales y pasando por el cooperativismo llega hasta las empresas públicas.

Cabe hacernos entonces aquí una pregunta que surge del análisis de situación que despierta en el individuo común cuando oye a cada instante hablar sobre la incidencia de la palabra “globalización”, que pareciera estar de moda en la hora actual del mundo por ser el real exponente del fruto máximo de la simiente capitalista.

¿Puede tener vigencia el sector de la economía social en el estadio que envuelve la actividad económica conocida vulgarmente como mercado?

Por supuesto estamos convencidos que sí, porque es un factor importantísimo para resolver problemas derivados de la aplicación

de las políticas neoliberales durante décadas que a través de la implantación de economías de mercado generaron desempleo y exclusión social. También podemos agregar como elemento positivo de la economía social que es muy difícil encontrar en ella la intermediación parasitaria que distorsiona en beneficio propio los valores de la actividad generada.

Segundo Camuratti

lunes, 12 de septiembre de 2011

semblanzas cooperativas

El movimiento cooperativo para sostener su presencia e incidencia dentro de la sociedad, tiene que modificar actitudes y adecuar su funcionamiento a la realidad actual sin abandonar el sentido solidario de su propuesta, incorporando tres elementos esenciales: el federalismo como instrumento ejecutor del agente colectivo; la aceptación “sine qua non” de la diversidad ideológica en sus núcleos de dirección como organismos prácticos de convivencia institucional, y la integración horizontal de las cooperativas en sus distintas ramas, permitiendo la sinergia que facilite el desarrollo conjunto de servicios que se ajusten no solo a las necesidades locales sino también al fomento regional, construyendo un sistema transversal cooperativo que conservando su pureza doctrinaria colabore en la solución de problemas, que por su importancia, trascienda a la posibilidad de alguna cooperativa en particular como tema especifico.

Propender la integración horizontal de las cooperativas no puede ni debe inquietar de ninguna manera la función de las entidades si se tiene en cuenta que conlleva a ampliar la complementación resultante y necesaria que permita reforzar la presencia del acto solidario, trasladando su influencia a los distintos ámbitos en que estas actúan.


Segundo Camuratti


martes, 30 de agosto de 2011

Transitando la víspera


A pocos días, mes y medio aproximadamente, se volverá a votar para el cambio de la presidencia del país y se nos ocurre que los cooperadores siempre tienen algo que decir, porque la cantidad de ellos que integran el conglomerado de la economía social, son tantos y representan un marco diverso de economía y sociedad en sus distintas acepciones, que son la mezcla perfecta e ideal de los distintos niveles sociales.

Por lo tanto como no expresar, intuitivamente lo que se viene predicando desde la economía social sobre los anhelos de millones de individuos que construyen desde la ayuda mutua y la solidaridad a través del trabajo, un modelo de país enmarcado en la esencia de contribuir a mejorar el sistema de vida de sus integrantes.

Colabora además a distribuir equitativamente la riqueza que el sector produce elevando a las personas en la cultura del elemento más noble que tiene el ser humano que es su trabajo.

Pero aprecia por la conformación social y cultural que integra, que en la sociedad existe mucha diversidad en cuanto a como se distribuye la riqueza que generan otras sectores, donde algunos disfrutan de mucho, otros de menos y una inmensa mayoría de casi nada.

Entiende por naturaleza que la famosa torta que genera la producción está mal repartida en un país donde sus gobernantes se jactan del crecimiento permanente de su economía que llena la copa pero que esta nunca rebasa.

Esta situación no es nueva, viene de muchos años atrás, pero actualmente se podrá decir que existen buenas intenciones y todo es cuestión de tiempo porque el daño producido anteriormente es inmenso; esto puede ser cierto, pero a pasado tanto tiempo que ya comienza a sonar mas como excusa que como explicación de los sucesos.

Todo tiene su limite pero lo que se tiene que medir bien es que no es eterno, en la vida hay muchos que van quedando en el camino y no van a alcanzar a llegar al final del mismo, eso amerita analizar que si no se procede en consecuencia a revertir el proceso generando los anticuerpos necesarios con urgencia, empezando a distribuir por abajo socialmente la riqueza se va a llegar tarde.

Nadie podrá proclamar entonces que no se pudo y se dirá con justa razón haciendo juicio de valor que no se quiso, esto es digno de tener en cuenta porque estuvo siempre alineado con la vocación expresada por los cooperadores de que otro mundo es posible; son los gobernantes quienes deben desarrollar todas las alternativas para instalar la equidad en la vida del país, para eso se los vota.


Segundo Camuratti