jueves, 28 de julio de 2011

Construir un país con solidaridad

No es la primera vez que hablamos sobre el tema de la solidaridad en nuestro espacio, tampoco va a ser la última, porque de no hacerlo estaríamos negando principios claros que hemos sostenido durante muchas décadas.

También es lógico pensar que el supuesto que pregonamos no va ser fácil instalar en una sociedad sometida, igualmente por varias décadas, por la presión emanada por una ideología que lleva inmersa en su esencia el factor del individualismo como actor principal de su naturaleza de origen.

Pero como el ideario cooperativo se nutre de un pensamiento distinto sobre el modelo de sociedad que debe asumir la persona humana, para mantener su vigencia y la vivencia de la misma, es quien debe tratar de hacer posible lo imposible buscando todos los medios a su alcance, para encolumnar a quienes asuman la difícil tarea colectiva de avanzar para lograrlo.

Es el factor colectivo, como motor de desarrollo en distintas actividades, el que enriquece y fortalece no solo la producción de los hechos, sino que colabora en la tarea de la creación que necesita el ser humano para progresar en todos los niveles.

De la misma manera que en su momento dijimos que el cooperativista no nace, sino que el mismo se hace, hoy decimos que la solidaridad se construye pasa a paso con los mismos argumentos expuestos anteriormente; si actuamos igual se puede lograr.

Por lo tanto la cooperación bien entendida debe convertirse en la verdadera antitesis del individualismo neoliberal modificando la manera de pensar de los individuos en la cruzada de solidarizar el contexto social actual para transformar la realidad.

Decimos esto porque debe existir una base teórico práctica en el día de hoy que solo la tienen las cooperativas como verdaderas exponentes de la unidad en la diversidad, por ser esta la única herramienta que ha logrado ser funcional y armónica al permitir convivir a los individuos en el medio multifacético del mundo actual.

Esto lleva a lograr espacios de integración en objetivos comunes compartiendo ámbitos vivenciales con métodos sociables cuyos contenidos temáticos pueden incorporar aspectos de socialización en la estrategia cooperativa.

La construcción de nuevos modelos requiere la asistencia de factores de trascendencia como una educación que haga centro y ponga énfasis en tres pilares esenciales; tales como el pensar, el sentir y el hacer.

Una educación que debe terminar con el no se puede y resuelva la controversia “adultos-juventud” e incorpore de una vez por todas a los jóvenes en la verdadera función de la cooperativa formando nuevos dirigentes para un movimiento que necesita abrir espacios ideológicos desprendidos de las pesadas mochilas que frenan su desarrollo.

Segundo Camuratti

martes, 26 de julio de 2011

Dos años en la Web



Hace poco mas de dos años, en junio de 2009, decidimos iniciar el contacto con la sociedad incursionando vía de la Web a través de un Blog, llamado Sentido Solidario, cuya intención primordial era hacer conocer opiniones propias sobre el movimiento cooperativo, su origen, su esencia y su proficua tarea solidaria para resolver problemas de la sociedad en determinados sectores sociales y además, a la vez, acompañar la actividad de distintos movimientos sociales identificados con la economía social.

Entendemos que hemos transitado estos dos años aportando elementos, tal como decíamos, con conocimientos ciertos sobre los temas esbozados en las 77 entradas realizadas hasta el presente, es decir, no tocando de oído sino exponiendo desde lo vivido como experiencia dentro de los diversos movimientos cooperativos, tanto en el orden nacional como en el internacional, auscultando lo bueno y lo malo de lo realizado por ellos hasta el presente.

El objetivo fue y sigue siendo la intención de demostrar con fundamentos, que la pretensión no es solamente exponer críticas sobre lo que se hace mal, (sino además alertar desde el juicio constructivo sobre lo que no se hace) haciendo propuestas para resolver los problemas pendientes que hoy en día deben afrontar las cooperativas.

Nunca nos asaltaron aquellas dudas del famoso personaje de Shakespeare, el ser o no ser; siempre estuvimos convencidos de lo que queríamos ser y hacer, en consecuencia por eso trabajamos; supimos acompañar el proceso escribiendo y contando desde el inicio con la protección del blindaje que nos proporciona al actuar el genuino acto cooperativo, enmarcado este en el amplio gesto solidario de la cooperación.

Las fuerzas morales de las que nos hablaba ese gran maestro de la juventud argentina de nuestra época - haciendo honor al tiempo vivido – José Ingenieros, aún están vivas e intactas y nos involucran defendiendo los principios cooperativos, únicos preceptos que validan la cooperación como elemento transformador de la sociedad.

Si el movimiento cooperativo consiguió soportar durante tantos años el bombardeo del individualismo exacerbado, saliendo airoso en la cruzada para converger la sociedad hacia un mismo fin: lograr establecer un sistema de actividades que llevasen a generar un mayor bienestar en la vida de los seres humanos.

Al simple efecto de incorporar un marco adecuado a nuestras opiniones, en el tiempo a venir, seguiremos tratando de analizar todos aquellos temas o actos que afecten, directa o indirectamente al proyecto solidario, y por lógica consecuencia por reflejo de los mismos, a la sociedad en su conjunto. Ojala podamos seguir con la idea de contribuir a construir un mundo con un sujeto humano único y fraternal, que se inscriba en los objetivos ideológicos por los que han luchado los cooperativistas de muchas generaciones.

El cooperativismo, si bien tiene antecedentes mundiales es imposible definir cuando apareció, posiblemente desde los mismos albores de la humanidad, pero como movimiento cooperativo organizado es joven y tiene por delante un tiempo infinito para desarrollarse no haciendo otra cosa que beneficiar a la gente y la sociedad, en todas aquellas necesidades que esta necesite resolver colectivamente y este decidida a hacerlo en paz y armonía con actos solidarios.


Segundo Camuratti


viernes, 15 de julio de 2011

Proximos capitulos de una historia pesada

Entendemos que los acontecimientos que se avecinan ameritan hacer consideraciones en el afán de aportar opiniones que vayan más allá del mero motivo de pretender modificar la realidad existente; entendiendo que la realidad solo puede cambiarla la sociedad cuando ejecuta el acto supremo de introducir su voto en la urna dentro de muy poco tiempo.

Es posible que se nos adjudique el mote de ser repetitivo al volver sobre el tema que planteamos cuando hablamos sobre la matriz neoliberal devenida de la dictadura y de quienes continuaron cultivándola en la década de los noventa, y sirven aún como asiento de políticas que se siguen aplicando como herencia, pero que se siguen manteniendo aunque se diga lo contrario.

Existen quienes en determinados momentos, recuerdan en buena hora que son imprescriptibles los acontecimientos vinculados a los males causados que afectan a los derechos humanos sobre la vida de las personas, pero son ambivalentes o padecen amnesia cuando hay que incursionar en la evocación de las nefastas consecuencias derivadas por las políticas económicas instaladas en etapas que perjudicaron al país y por lógica analogía a sus habitantes, hechos que también concierne a los derechos humanos porque afectan a las personas.

Pareciera que es “tabú” mencionar aspectos de la deuda externa argentina determinada en gran parte ilegitima por la justicia, (ver dictamen del Juez Dr.Jorge Ballesteros del 13 de julio de 2000) que a más de 10 años transcurridos sigue sin investigar, durmiendo el sueño de los justos en los cajones de la alta política que la ignora para no revisarla y hacer conocer quienes son los responsables del endeudamiento y que se hizo de los dineros públicos.

La ley de entidades financieras, la deuda externa y el sistema tributario son los integrantes de lo que podríamos llamar la tríada emblemática que compone los resabios más distorsivos de los problemas que aún vigentes provienen de la misma matriz.

El sistema tributario si bien fue sancionado en la década de los noventa llegó a caballo de la misma escuela ortodoxa neoliberal y sigue también instalado en la lista de espera de las decisiones, pareciera de manera mas deseada que fortuita, mientras tanto se anula la equidad indispensable que debería asumir la actitud oficial, cuando incorpora la intervención del estado en la economía para lograr el funcionamiento armónico de los distintos sectores económicos y sociales.

Pareciera original gravar con impuestos a los artículos de primera necesidad como la canasta familiar, mientras por otro lado no se hace lo mismo con los sectores que generan ganancias extraordinarias, (exentos por que están liberados de gravamen) tales como los activos financieros y la riqueza concentrada, identificados hoy con otros nombres pero siguen siendo los continuadores de la “patria financiera” volcada a la especulación que tanto mal le hizo al país.

Debe de quedar claro que es indispensable una reforma tributaria que termine con el impuesto regresivo e incorpore el impuesto progresivo para que aquellos que más ganan, más paguen.

¿No habrá llegado la hora que también en estos temas aparezcan algunos dirigentes que desde lo político actúen en defensa de los legítimos intereses del país y en consecuencia decidan intervenir para comenzar a echarle manos a estos graves problemas haciendo más creíble a la política y mas equitativa la distribución de la riqueza?.

Vivimos una etapa donde prima entre los dirigentes políticos electos o a elegir, de distintos sectores, hacer el arte de las acusaciones cruzadas de como se debe funcionar en los peculiares estamentos que componen la estructura gubernamental del estado, (que por bien la tenemos en manos de los organismos que fija la Constitución Nacional a través del acto electoral), pero si siguen con las mismas cavilaciones pueden terminar como un fin en si mismo, olvidando que todos fueron electos para cumplir una función que no es otra que conducir en el lugar que les corresponda el gobierno del país; será inútil que todos ellos pretendan hacer la plancha para hacer pasar el tiempo porque igual serán responsabilizados el día de mañana de los acontecimientos producidos y los daños generados al país y se enfrenten ante una ciudadanía que tiene memoria y, mas temprano que tarde, les pasen las facturas y tengan que rendir cuentas frente a la sociedad.

Segundo Camuratti