miércoles, 23 de noviembre de 2016

Compendio Cooperativo


De más de un siglo y medio a esta parte el cooperativismo se fue constituyendo en uno de los grandes ideales humanos que coinciden hoy con las aspiraciones profundas de los pueblos,  que por las exigencias del  tiempo y las necesidades no cubiertas se fue nutriendo de una herencia cultural y valores fundamentales y singulares , que al encontrar una clase dirigente capaz y competente convencida de plasmarla,  realizó el milagro de incorporar el acto solidario de su esencia colectiva venciendo al individualismo propio de la sociedad, y la llevo a transformar el trabajo en un servicio cambiando las reglas económicas de la sociedad.
Sin embargo  se debe considerar seriamente que las cooperativas no fueron entidades desarrolladas para resolver los problemas de crisis sociales dentro de los procesos económicos, tenían el objetivo de ser la base de  sostenibilidad en el desarrollo de economías mas igualitarias en países de cualquier signo político, aportando salidas colectivas que hacen al bien común y siempre anhelaron ser instrumentos de responsabilidad social y equidad distributiva entre la membresía, es decir los asociados de las mismas.
Por esto no fueron  hechos casuales pero si encomiables que las cooperativas lograran estructurar un sistema económico que aún funcionando sin fines de lucro en economías de mercado, representen además un modelo que por su práctica democrática no sólo en la conducción empresarial, sino en la distribución de la riqueza, ha demostrado que con su efecto social puede fortalecer de manera integral a los sectores pequeños y medianos de la producción y los servicios, demostrando otra forma de encarar sus servicios.
 Para disimular su condición, la intolerancia fabrica argumentos cuando no los tiene, pero la historia enseña que podrá atrasar el reloj pero no puede impedir que el tiempo avance. Así sea obvio: la historia continúa, no terminó ni terminará en ninguna estación prefabricada.
Estamos transitando una etapa complicada por oportunidades y amenazas que al mismo tiempo nos habilitan y nos exigen que cumplamos nuestro rol activamente como cooperativistas, para que este sector de la economía social no sea utilizado por algunos como una herramienta de explotación o evasión, o al mismo tiempo, que otros lo usen para amortiguar el conflicto social desvirtuando la autogestión autentica y la genuina cooperación.
La confianza es el factor colectivo que representa la columna vertebral en el funcionamiento del quehacer cooperativo, dentro de ese imaginario conceptual no entran nunca como excusas los olvidos ni las casualidades para desvirtuarla; las decisiones que se toman son causales de los efectos que se generan en la cooperativa, aunque se pretenda luego disfrazar los resultados. Axioma que siempre se debe tener en cuenta.
Segundo Camuratti


















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