sábado, 6 de julio de 2013

91° Dia Internacional de las cooperativas


El 6 de julio de 2013 se celebra el 91° Día Internacional del Cooperativismo de la ACI y el 19° Día Internacional del Cooperativismo de las Naciones Unidas, con el lema: "La empresa cooperativa se mantiene fuerte en tiempos de crisis".
Bueno es recordar que quienes llevaron la moción de instituir un día para recordar el significado de la cooperación fueron los representantes argentinos que concurrieron al congreso de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) realizado en Suiza en la ciudad de Basilea en septiembre de 1921, adoptándose allí producto de esa propuesta, conmemorar en todo el mundo el Día Internacional de la Cooperación. Luego de algunos vaivenes para unificar la fecha adecuándola a un orden mundial, la reunión del Comité Ejecutivo de la Alianza realizado en 1922 estableció definitivamente la celebración acordando la fecha, a la estacionalidad del primer sábado de julio de cada año. "Para que en una misma fecha en todo el mundo, se demostrase la solidaridad de los cooperadores y la eficacia de su organización como medio de emancipación económica y garantía de paz universal".
Como lo hacemos anualmente los cooperadores en Argentina no podríamos dejar de pasar desapercibido el Día Internacional de la Cooperación, en este caso el nonagésimo primer, un homenaje que los cooperadores rendimos para recordar un sistema que representa el sentir de un amplio sector de la humanidad, que con su actividad y actitud, enaltece a las personas y contribuye al desarrollo humanista de quienes lo practican.
Celebrarlo significa además reunirnos con la trascendencia de una doctrina, que ha contribuido en mucho a inculcar dentro de la sociedad el genuino acto de la solidaridad.
Es un alto en el camino que lo hacemos teniendo en cuenta que esta evocación, no puede representar otra cosa que el homenaje correspondiente a rememorar el acontecimiento, porque este día no modifica en general por sí la esencia de lo que significa la cooperación; la construcción se hace de manera permanente, día a día, poniendo en práctica y aplicando los principios y los valores que le dan vida.
Partimos de la base de que el sentido de la cooperación representa la oposición al individualismo extremista que domina a la sociedad, especialmente la actual; que sin desmerecer un ápice lo colectivo contribuye a afirmar el derecho de la persona a su individualidad, en un contexto de solidaridad y fraternidad, rechazando el pragmatismo que hace del utilitarismo el medio que pretende encarnar como criterio de verdad en el pensamiento del individuo.
No es eventual ni tampoco nuevo, podría decirse que la cooperación siempre estuvo presente en la vida del ser humano desde que tuvo uso de la razón.
Hoy mas que nunca debemos trabajar en la difusión y debate de las ideas, llevando a que éstas se constituyan en el aporte y el baluarte de nuestro entendimiento para el esclarecimiento de la comunidad, esa tarea es indispensable dentro de una sociedad que de muchos años a esta parte esta siendo influenciada mediaticamente por quienes, en el mejor de los casos proponen cambiar algo tratando de cuidar de que lo que se cambie no perjudique sus intereses, que no son precisamente los intereses de los sectores que menos tienen.
Estamos transitando etapas preocupantes en el camino de la recuperación del país dentro de múltiples contradicciones que hacen temer el modelo de lo que se desea o pretende como país.
Pareciera que el eje central sobre el que giran los proyectos político-económicos, no es otro que el crecimiento del país global, sin tener en cuenta las diversidades que se dan en las distintas capas sociales que conforman el marco socia
Solo el avestruz comete el error de esconder la cabeza para no ver la realidad porque por mas que se vayan acortando las distancias en determinados sectores, a este ritmo, las brechas tienen tal magnitud que llevará muchos años cerrarlas, en tanto importantes sectores sociales sufren las consecuencias.
Si no se pasa de la etapa global a lo local no hay solución ni salida, porque el tema es uno solo, no es que no se pueda sino que no se quiere, o no se tiene la valentía para hacerlo.
La dinámica que pretende introducir el capitalismo a través de sus políticas, intenta evidenciar que el crecimiento económico es el elemento esencial para generar bienestar, pero está demostrado que este crecimiento económico no produce por sí sólo condiciones de progreso social para todos, ya que se presenta acompañado de la exclusión y la inequidad social en el más alto nivel.
Quiérase aceptarlo o no en menor o mayor medida, estamos siendo afectados por la globalidad de una crisis que trasciende fronteras.
Se hace necesario repasar hechos por los cuales el movimiento cooperativo viene trabajando de mucho tiempo a esta parte, en la búsqueda de salidas a las necesidades que determinados sectores sociales demandan.
Es relevante en esta etapa analizar que  cada vez más personas están eligiendo el modelo de empresa cooperativo para responder a las nuevas realidades económicas.
¿Por qué son las cooperativas capaces de sobrevivir e incluso prosperar en situaciones de crisis e incluso más allá?
Porque este es el verdadero  modelo; la empresa cooperativa es un modelo de empresa alternativo que en lugar de centrarse en los beneficios, se centra en las personas, incrementando el poder de las personas en el mercado, mientras guía sus operaciones sobre la base de los valores y principios cooperativos y solidarios.
Al hacerlo, están demostrando que el negocio cooperativo es sostenible y que las empresas basadas en valores éticos, pueden tener éxito y contribuir a la recuperación económica sostenible.
Economistas, el mundo académico y la comunidad internacional están desesperados buscando respuestas sobre la forma de estimular una recuperación mundial y, al hacerlo, están empezando a cuestionar el actual modelo económico que ha perdido la confianza de los responsables políticos, así como de la mayoría de las personas.
Se trata de analizar la regulación de los mercados y en particular, de las instituciones financieras, para garantizar operaciones más éticas y transparentes.
En su búsqueda, sin embargo, también están redescubriendo y reconociendo el potencial de las cooperativas para contribuir de manera significativa a un nuevo sistema económico.
También reconocen su contribución a la recuperación de los países, y cada vez más, estimulan a sus ciudadanos a considerar las empresas cooperativas para sus finanzas, para incrementar su productividad y su bienestar general.
El movimiento cooperativo tendrá que trabajar con los responsables políticos para garantizar que se reconozca la naturaleza específica de las cooperativas comprendiendo su naturaleza contraria al riesgo y con una respuesta política consistente que garanticen que no salgan perjudicadas por los cambios en el entorno regulatorio; sólo con políticas apropiadas las cooperativas seguirán siendo capaces de impulsar la recuperación nacional.
El movimiento cooperativo se enfrenta a una oportunidad sin igual. Debe superar el reto y demostrar que el modelo alternativo de empresa cooperativa es el mejor interprete para solucionar los problemas de las sociedades a través de su principal basamento; la economía social.
Para terminar nos resta preguntarnos; ¿Conocerán estas realidades y serán tenidas en cuenta estas consideraciones cuando asuman los nuevos legisladores electos en la jornada electoral del 27 de octubre en nuestro país? Si lo hacen, se hará justicia.

Segundo Camuratti

 

 

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