martes, 5 de abril de 2011

Volvemos a la carga



Insistir para que, diría el vulgo, si no nos van a hacer caso, los intereses superarán los planteos populares y las necesidades del movimiento cooperativo.

Si claro, el pensamiento del cooperador nato no consigue entender la parsimonia de los dirigentes en cumplir sus promesas porque posiblemente estos tienen entre manos cosas más importantes; nos reunimos como dirigentes dirán porque para eso nos designaron y por eso estamos, y las tareas urgentes las resolvemos cuando hacen falta de acuerdo a las necesidades del movimiento y talvez añadirían: no podemos hacer un nuevo Congreso Argentino de la Cooperación en el tiempo que nos fijamos porque para hacerlo, necesitamos consensos que no los tenemos, por lo tanto el Congreso va a fracasar.

Con esos criterios también nosotros estamos convencidos y podemos asegurar que el Congreso va a fracasar, porque tal como se plantea es un análisis de dirigentes atravesados por intereses personales difusos acordes a su manera de pensar; y el resto, ese resto que es el universo de cooperadores que comulgan con la ideología cooperadora no cuentan, como diría la calle; son de palo.

Cuando la dirigencia no puede cumplir con las pautas asumidas en un congreso soberano debe hacerle conocer al inmenso conglomerado humano que reúne su cofradía, el cooperativismo, cuales fueron o son las causas que impidieron llevar a cabo las decisiones tomadas en esos determinados momentos.

En el libro editado en el año 2006 por las dos federaciones de tercer grado convocantes, Cooperar y Coninagro, compilado con todas las actividades y resoluciones del Congreso Argentino de la Cooperación 2004, en el preámbulo o prologo del mismo los dirigentes dicen muy sueltos de cuerpo, “Los logros obtenidos a través del Congreso de 2004 son la base, el cimiento del Congreso Argentino de la Cooperación 2007. El Congreso Argentino de la Cooperación se seguirá convocando cada 4 años de manera tal que tendrá continuidad, manteniendo viva la llama de los principios cooperativos”. (SIC).

Si los principios cooperativos son sostenidos solo por los Congresos Argentinos de la Cooperación, hoy no tendríamos principios ni cooperación; haciendo algunas consideraciones lineales sobre el tema podríamos decir que no deberían existir dirigentes de palabra fácil y difícil cumplimiento dentro del movimiento cooperativo argentino, porque ya han transcurrido 7 años y de lo prometido aún no pasó nada.

El año 2012 ha sido designado el Año Internacional de las Cooperativas por la Alianza Cooperativa Internacional y por lo tanto ese año puede ser el momento adecuado para celebrar un nuevo Congreso Argentino de la Cooperación, rindiendo la materia pendiente de no haber cumplido en tiempo y en forma con la palabra empeñada por los dirigentes en su momento.

Es cierto que organizar un nuevo congreso demanda mucho tiempo y por lo tanto habría que decidirlo ya e iniciar la tarea inmediatamente; se podrá decir que el año que transitamos está ocupado por una extensa agenda electoral y que muchos dirigentes, al actuar en política les va a ser difícil soportar las dos actividades.

En función de ello y haciendo juicio de valor, no todos los dirigentes ejercen actividades políticas y los estatutos de la entidad cooperativa admiten pedidos de licencias que pueden se cubiertos por sus respectivos sustitutos; a menos que algunos de ellos pequen de ser indispensables y los consejos queden diezmados de consejeros.

También puede ser que haya dirigentes que utilizan al movimiento cooperativo como trampolín para llegar a la política en vez de llegar a la política para defender los intereses del movimiento cooperativo.



Segundo Camuratti

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