martes, 18 de mayo de 2010

Cooperativismo y Globalización - Pra. parte

“Cooperación, Globalización y Problemas de Desarrollo”

Muchas veces el colectivo imaginario se va encontrando con nuevas acepciones dialécticas que colocan en la discusión palabras distintas, aplicadas a lo social, político ó económico, que van apareciendo dentro de la sociedad como hechos nuevos, para muchos incomprensibles, uno de ellos es la palabra “Globalización”.

Pero este término no es nuevo, muy por el contrario, a mediados del siglo XIX, cuando Gran Bretaña transitaba etapas de la era industrial, (para ser realistas y entender las cosas que nos pasan y buceando en el ideario de personas que tuvieron trascendencia en su época y porque no decirlo, aún hoy), encontramos que revolucionarios creadores de la economía política como Carlos Marx y Federico Engels ya habían previsto un capitalismo masivamente globalizado.

De eso podemos entrever, porque los hechos y la historia lo fueron demostrando y por lo tanto confirmando, que la Globalización es una consecuencia intrínseca del capitalismo.

De mucho tiempo a esta parte, largo si se quiere, la instalación de medidas económicas y políticas devenidas aun antes de la caída del muro de Berlín, trataron de generar un único poder en el mundo, hegemónico, que como consecuencia da surgimiento a la llamada globalización neoliberal, dando nacimiento a lo que dio en llamarse el pensamiento único.

¿Como definimos esto?, diciendo que la globalización neoliberal es un proceso enfocado a un terreno puramente económico. Tiene que ver con la apertura de los mercados, la ruptura de las fronteras económicas para dejar libre la entrada y salida de capital extranjero, favorecidos estos por la agilidad de los medios de comunicación generados por el avance tecnológico, sin tener en cuenta las consecuencias que ello puede provocar y con un solo objetivo, producir el mayor beneficio para los inversores.

Al haber hecho desaparecer los controles en las operaciones financieras, se deja mano libre a la especulación, llegando a desestabilizar la economía de los países invadidos económicamente.

El objetivo de la Globalización neoliberal es sacar el mayor beneficio en el menor tiempo posible, a cualquier precio, muy alejado de la idea de invertir para crear riqueza y abrir posibilidades en las gentes, en una actitud alienante que no admite el desarrollo de la subjetividad.

Como corolario de esto podemos decir que luego de más de una década de imposición de las políticas emanadas del Consenso de Washington en América Latina y otros países dependientes, ha sido notorio el fracaso de este modelo, cuyo inicio podemos ubicar a partir de la década del setenta para llegar a su apogeo en la década de los años noventa.

El balance indica que los países no han crecido, mientras que se ha incrementado hasta límites intolerables la pobreza, la indigencia, la desocupación y la marginación de amplios sectores de la población de los países dependientes.

Los debates recientes sobre los determinantes del desarrollo en esos países se han centrado en dos problemáticas centrales: una de ellas es el de nivel de intervención del Estado versus libertad de mercado, y la otra - más significativa aún - el crecimiento versus distribución equitativa del ingreso.

Respecto al primer tema, el proceso de desmantelamiento de ciertas funciones del Estado así como el proceso de desregulación de los mercados han conducido a una mayor concentración económica y a una distribución todavía más inequitativa de los ingresos y la riqueza.

En relación con el segundo tema, hoy resulta incontrastable que la llamada “teoría del derrame”, según la cual las políticas económicas que benefician a los ricos terminarán por “derramar” hacia los pobres, tal como lo hace una copa cuya capacidad ha sido colmada, no ha funcionado en absoluto, aunque hay quienes siguen sosteniendo una defensa ideológica de esta teoría que sirve muy bien a sus intereses.

Segundo Camuratti
(Continuará)

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