lunes, 7 de septiembre de 2009

De qué cooperativismo hablamos 2da. parte

Segunda entrega

(Final entrega anterior; “En esos claros conceptos podemos encontrar las bases sustentables de la cooperación”.

Decimos esto con la sola pretensión de traer a la memoria los socialistas utópicos tal como se los conociera en la segunda década del siglo XVlll, recordando algunos de esos nombres y de las ideas fuerza de Saint Simón, Owen y Fourier, orientadas en el sentido de transformar la sociedad a través del cooperativismo mediante la comunidad de bienes y la distribución equitativa del producto generado; así entraron en la historia.

Pero no todo eran utopías puesto que se hicieron experiencias en diversos lugares del mundo con estas ideas y fue precisamente muy cerca de Owen donde la mayor parte de sus teorías se hicieron realidad y perduran hasta nuestros días. En ellos debemos reconocer a los verdaderos pioneros de la cooperación.

Como todo en la historia siempre tiene un antes y un después, estos cooperadores sirvieron de modelo para lo que consideramos el origen de la configuración cooperativa: los llamados "Pioneros de Rochdale", quienes fueron prácticos, ya no vieron en la cooperación un instrumento de cambio social, sino una forma de resistencia, de defender sus magros salarios enfrentando a los monopolios con cooperativas de consumo.

Los humildes tejedores de la población de Rochdale, 28 en total, se surtieron de gran parte de la doctrina de Owen para expresar los “Estatutos de la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochadle”, nombre con el cual fueron conocidos.

Colocaron un hito muy importante en la organización de la cooperación, esto debemos reconocerlo, porque supieron y consiguieron encasillar un pensamiento dentro de determinadas reglas, -quizás solo dentro de lo posible-, y lo tornaron realidad a través de hechos concretos, que le permitieron afianzar ideas que ya habían sido esbozadas con anterioridad.

Lo hicieron posible en momentos claves para una sociedad ansiosa de cambios, pero cometieron una desviación pragmática; trataron de desarrollar el cooperativismo en la realidad de la crisis del capitalismo de ese momento -años después de los pioneros- y se dieron normas de cooperación, de actividad, de educación, pero no implantaron como instrumento permanente la transformación de la sociedad, aunque entre ellos había debate; justo es decir que cinco de esos tejedores representaban con su idea al socialismo utópico.

Va a ocurrir así en el cooperativismo desde entonces,-debates que aún continúan hoy-, porque existen distintas escuelas de interpretación del cooperativismo.

Partiendo de la base del pensamiento de los socialistas utópicos desde el siglo XVlll hasta el día de hoy, podemos eslabonar una larga cadena de realizaciones cooperativas cubriendo un amplio escenario en el transcurso del tiempo, logrando consolidar una corriente cooperativa volcada a cumplir la función de servicio como objeto esencial de los asociados a las mismas, que utiliza además como estandarte la transformación de la sociedad, que en lo real, no ha avanzado mas allá del aspecto formal de la identificación hasta ahora.

Con el correr del tiempo otras corrientes cooperativas en cambio llevan inherentes la imitación de lo que en lo humano representa la síntesis del proceso biológico de la mutación; al estar inmersos en el sistema capitalista y como reflejo del régimen diversas cooperativas han tomado el camino de la adaptación al mismo absorbiendo el patrón de la economía de mercado, devenido como soporte del proyecto neoliberal a partir de la década de los años setenta del siglo pasado, incorporando en su accionar cotidiano los males y los vicios de las entidades capitalistas, confundiendo al sujeto con el objeto.

Esta referencia nos indica que el pragmatismo, con diversas variantes, llega hasta nuestros días y está en la práctica de muchas de las cooperativas actuales.

Continuará

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