jueves, 2 de junio de 2011

EDITORIAL abril y mayo

El editorial correspondiente a los meses de abril y mayo está cruzado por demasiados hechos magnificados por las circunstancias políticas que lo atraviesan, desde un absurdo que quizás nunca hubiésemos pensado ni deseado en nuestro país.

Todo camina ateniéndose a un refrán, (creemos de autor desconocido pero que viene al caso), “para que hacerlo fácil si lo podemos hacer difícil”.

Se han trastocado las cosas de tal manera que subvierten el sentido común universal de los estamentos democráticos que fija la Constitución Nacional, de modo que los dirigentes políticos han llegado a dirimir las cosas y discuten las ideas no en los lugares correspondientes al estrato gubernamental sino a través del Twitter, como si fuese un juego o un entretenimiento.

Ha desaparecido la sensibilidad política del gobernante haciendo el papel del que gobierna per se y no para el bien del país; la discusión razonada ya no existe, la reemplaza el epíteto agravante a la condición humana del que no piensa como él.

Los que ayer aplaudían la justicia, hoy son los primeros en denostarla porque los fallos no se ajustan, no a la ley sino a sus intereses particulares.

El respeto al individuo como persona y la preocupación por los demás, tal cual lo plantea el movimiento cooperativo, no ha servido como ejemplo en aquellos que por haber sido elegidos en actos electorales para gobernar, se creen los dueños de la verdad y por lo tanto no admiten la verdad ajena haciendo juicios de valor por la vanidad propia de su ego personal.

Mientras todo esto sucede, el hombre común debe soportar ambiguos vendedores de ilusiones, que ofrecen los famosos espejitos de colores que los colonizadores de los países originarios de América entregaban a cambio de llevarse sus riquezas.

Falta el transcurso de muy pocos meses para los diversos comicios que aun faltan, tiempo suficiente para que aquellos que pretenden acceder al gobierno del país comiencen a sembrar en terreno fértil, es decir, resolver los problemas existentes en amplios sectores de la sociedad y dar a conocer los proyectos de gobierno para el por venir mandato, pero desgraciadamente a ninguno se le han caído ideas de cosas para hacer; únicamente pareciera que piensan especialmente en que silla o sillón consiguen sentarse a descansar sus ambiciones.

No se han dado cuenta todavía que los plazos se acortan cada día más y la suerte del porvenir en algún momento los va a abandonar; en vez de sonreírle los va hacer llorar porque como no sembraron no van a cosechar nada.

Segundo Camuratti

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